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José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

Las bombas dan trabajo

Con la genial simplicidad que lo caracteriza, dibuja El Roto en su viñeta los efectos de la explosión de una bomba que bien pudiera ser un artefacto nuclear dado que siluetea sobre el papel algo parecido a un hongo. Y sobre ese espantable símbolo de destrucción va escrita a mano esta leyenda: "¡Las bombas dan trabajo!".

No hace falta explicar que la viñeta se refiere a la polémica creada por el anuncio del Ministerio de Defensa español sobre la cancelación de un contrato de venta a Arabia Saudí de 400 bombas guiadas por láser con el pretexto de que esas armas tan sofisticadas pudieran ser utilizadas en la guerra del Yemen. Una guerra abundante en episodios de extrema crueldad, uno de los cuales conmovió recientemente a la opinión pública mundial al saberse la noticia de que una bomba de parecidas características mató a medio centenar de civiles, más de la mitad de ellos niños que iban a la escuela.

El Gobierno del señor Sánchez alardeó de comportamiento ético al dar a conocer la decisión pero se encontró, primero, con la reacción airada del gobierno saudí que la calificó de inamistosa y luego con la enemiga de los trabajadores de los astilleros de la bahía de Cádiz y de Ferrol que temen que los árabes, en represalia, pudieran a su vez cancelar el contrato de construcción en nuestro país de cinco corbetas por valor de 1.813 millones de euros.

Y no solo eso, sino que también pudieran verse afectados otros contratos no menos importantes como el AVE a la Meca y el metro de Riad, que fueron adjudicados en principio a empresas españolas. Visto el panorama, el gobierno del señor Sánchez echó el freno, pidió discretas disculpas a los saudíes, y se aplicó a buscar una excusa medianamente creíble para frenar el alud de críticas que se le vino encima. Tanto en el Parlamento y en los medios, como en la calle y en sus propias filas. De manera especial en Andalucía donde la presidenta socialista, Susana Díaz, estaba especulando con la posibilidad de adelantar las elecciones autonómicas.

El asunto da para algo más que una reflexión. Primero, por la bisoñez de un Gobierno que anuncia una medida de corte pacifista sin calcular las consecuencias negativas que pudieran derivarse para su propia clientela política que se supone son los trabajadores. Después, por la pérdida de imagen que supone la genuflexa y precipitada rectificación ante un estado como el de la monarquía saudí que no se caracteriza precisamente por el respeto a los derechos humanos.

Y, por último, qué otras alternativas industriales caben para dar empleo a los que trabajan en factorías relacionadas con la industria de la guerra, una de las más florecientes del mundo. Desde que el presidente norteamericano Eisenhower, militar de profesión, denunció la existencia en su país de un "complejo militar-industrial" que conspiraba para defender sus intereses y la preeminencia de la industria armamentística sobre la industria civil, se ha escrito mucho, y muy bien, sobre ese asunto. Pero todo eso, y varias especulaciones más, se sintetizan en la viñeta de El Roto.

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