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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

La Fiesta del Agua más cabal

Salvo el obscuro episodio de la supuesta agresión sexual a una joven, la Festa da Auga fue todo un éxito en el que nadie echó en falta el desenfreno de ediciones anteriores cuando a la crónica social había que unir, indefectiblemente, un enorme rastro de sucesos, muchos graves como agresiones, robos, comas etílicos y abusos de distinta naturaleza.

En esta ocasión, versus, se dieron todas las circunstancias para convertir la cita en un acontecimiento para el disfrute por toda la familia del refrescante "manguerazo, apto para los más pequeños, y no solo para rebajar la resaca nocturna del incontrolado botellón.

Dicen que la suspensión del festival tecno H2O tuvo que ver en la más baja participación pues por distintos motivos se anuló de un plumazo el principal reclamo para las "hordas juveniles", aunque no cabe olvidar que media Galicia se encuentra en fiestas por lo que el reparto es base del equilibrio poblacional, que sin duda influyó.

Los datos son elocuentes porque la población que salió a la calle se puede medir y contar en función de los servicios que utiliza en un deteminado período de tiempo.

Yendo por partes. El polo más negativo fue el intento de agresión a la joven de O Morrazo y después algunas peleas de pandillas alteradas por mayor grado etílico del conveniente y algún resbalón y corte que otro.

Todos los demás parámetros reflejan un cambio de tendencia, hacia la normalidad de una fiesta que cuenta con el marchamo de interés turístico nacional.

Según el esquema de prioridades cabe señalar que las Urgencias en el Hospital se redujeron de forma muy notable, que el mobiliario urbano apenas sufrió daños, que la basura se redujo en proporciones elevadas y que los positivos en alcoholemias apenas fueron significativos pese a que la Guardia Civil de Tráfico hizo soplar a todo cuanto salía de Vilagarcía, a casi 3.500 conductores.

En suma, unas fiestas que han respetado todo y a todos, en el que la máxima fue disfrutar al máximo de la jornada bien en la calle o desde las ventanas. La Zona Húmeda ha sido ejemplo de convivencia y hasta San Roque tuvo todo un detallazo en las dos procesiones con un recorrido más corto para que los fieles pudieran disfrutar de la fiesta más cabal.

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