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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El multazo

A estas alturas, y cuando se habla de estibadores, es frecuente que quienes tal hagan se remitan, con razón o sin ella, a la formidable película "La ley del silencio", tanto si la han visto como si han oído hablar de ella, que describía de forma directa determinadas prácticas del todo ilegales en cualquier parte pero no por ello ajenas a la realidad. Y, de algún modo, la decisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, CNMC, imponiendo una multa de 3,4 millones de euros a empresas y sindicatos de la estiba de Vigo, recuerda al film.

El fallo es resultado de una denuncia presentada hace dos años por la dirección del Puerto, que ostentaba y ostenta el exconselleiro y senador Enrique López Veiga. Que no es el Marlon Brando de la película, como tampoco la estiba viguesa la de los muelles de Nueva York, pero que tuvo el valor suficiente y el coraje necesario para hacer lo que tenía que hacer. Y, además y por ello, de mostrar que alguna de las razones por las que el Puerto de Vigo había perdido competitividad era la que él había señalado ante la CNMC y la propia opinión pública.

Don Enrique puso negro sobre blanco lo que pasaba, y quizá haya sentado un precedente no de aplicación universal, porque es posible que en otros puertos no resultase necesario o no existiese esa "colla" singular. Pero en todo caso quita la razón a quienes en su día le criticaron por "excesivamente impulsivo" o por no haber "pensado dos veces" las posibles consecuencias de su iniciativa. Y con ello le ha prestado un servicio al sistema portuario español, a Galicia -que bastante tiene ya con otras "organizaciones" fuera de la ley- y desde luego a Vigo, ahora liberado de un dogal que mermaba su capacidad para competir.

Sin intención alguna de caer en el ditirambo, pero también sin ocultar la satisfacción que cualquier persona del común siente al ver coraje y rectitud en un político, parece oportuno decir que el señor López Veiga ha devuelto el sosiego a muchos que, como él, creen que no todo en la vida pública es fango, y que también en el PP, donde milita, hay abundancia de gentes honradas que velan desde sus puestos de responsabilidad porque la ley se cumpla. Es algo -que los populares honestos son muchísimos más que los corruptos, pocos pero sonoros- sabido por casi toda la sociedad, pero un ejemplo vale más que mil palabras.

A partir de ahora, lo que falte no será para nadie un camino fácil. Pero a poco que se lea despacio cuanto dice la Comisión, y si se recuerda lo que no hace demasiado tiempo, cuando la huelga de estibadores amenazó realmente en un momento dado el equilibrio económico del conjunto del país, se comprenderá que el "multazo" no se queda en lo financiero. Es una lección para que lo que hasta ahora se consideraba algo ante lo que se miraba para otro lado se vea como lo que es, y para desterrar la ley del silencio ojalá que definitivamente. A la vez que el Puerto de Vigo, y su presidente, quedan como referencia de lo que se debe hacer.

¿Verdad??

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