Y es que se puede estar en contra de la celebración de la efemérides de la llegada de la Escuela a Marín. De hecho hay personas que preferirían que no estuviera aquí ese centro de formación de oficiales y ahora universitario por razones que cada uno defiende como quiere y está en su derecho. Los actos de este LXXV pudieron ser de otro modo, acaso más populares si se hubiesen realizado en la calle, frente al ayuntamiento, como cuando se celebró el L aniversario en que hasta se sacaron las vallas del puerto para poner gradas que se llenaron de vecinos que vibraron con lo que allí vieron. Esta vez se prefirió hacerlo en el interior de la Escuela dándose la oportunidad de asistencia a todo el mundo que quiso asistir con la única condición de solicitarlo previamente, como así lo hicieron todos los presentes. Que asistió mucha menos gente de la que lo haría en la calle es una obviedad y hasta creo que una lástima porque después de todo, la entrega de la nueva Bandera tenía carácter popular porque se ha pagado con dinero de todos los marinenses. Por cierto, también hay alguna discrepancia por la falta de acuerdo plenario con respecto a esa donación lo que no quiere decir que se haya hecho nada ilegal. La verdad es que se entendería más, a nivel local, que el Bloque pusiera ese tipo de argumentos en solfa y no el del adoctrinamiento de niños que ese sí que tiene "mandanga".
