Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis M. Alonso.

sol y sombra

Luis M. Alonso

Cuestiones personales

"Si buscas venganza, cava dos fosas", ha dicho Granados sobre Cifuentes. El vídeo de la vergüenza que implica el hurto en un híper y que ha supuesto la renuncia de la presidenta de la Comunidad de Madrid responde, según él, a cuestiones personales. Claro que en el caso del Partido Popular madrileño no debe de ser fácil discernir entre la persona y el colectivo mafioso. En esa conjunción organizada de los intereses delictivos los mismos populares llegaron a confundir la gimnasia y la magnesia. La política, la fraternidad militante y la codicia.

La secta no ha actuado, mantiene Granados, uno de los imputados de la Púnica. No se trata de una guerra interna del partido. El ex secretario general viene a decir que pisar callos dentro de la familia de aquellos que te ayudaron a crecer acarrea este tipo de cosas: un vídeo que técnicamente tendría que haber sido destruido, o la cabeza de un caballo recién decapitado entre las sábanas de la cama.

La secuencia de Cifuentes del híper con dos botes de crema de 40 euros que distrajo de una estantería, evidentemente no porque no los pudiera pagar, sitúa a la expresidenta de Madrid frente a dos focos: el de la cleptomanía o el de la osadía más arriscada. En el último caso hace falta ser temeraria o sentirse inconscientemente superior para arriesgarse al ridículo moral de que te descubran robando. Arrastrarla de ese modo para vencer su empecinamiento y obligarla a dimitir proyecta, a la vez, el reflejo más sórdido y putrefacto de la política. Se podría decir, nadie merece acabar así. Pero su caso produce más vergüenza que lástima. Sobremanera porque, inasequible al desaliento, mantendrá el acta hasta que pueda, y luego se postulará en la telebasura como una víctima por denunciar la corrupción.

Compartir el artículo

stats