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Revolución del automóvil

Hablar de la importancia del sector del automóvil en la estructura económica de un país no es ninguna novedad ya que existe un claro consenso respecto a que la localización industrial de fabricantes y sus industrias auxiliares, como una de las cadenas de valor más importante de la economía, es claramente una bendición para el empleo y la creación de riqueza. Galicia cuenta desde los años cincuenta del siglo pasado con un importante conglomerado industrial alrededor de las instalaciones viguesas de PSA que ha permitido desarrollar compañías que hoy por hoy han aprendido a superar el problema del mono cliente y abordar desarrollos de negocio en la diversificación de clientes, de plataformas productivas y una potente tendencia a la internacionalización de los negocios.

Mientras esto se está produciendo, está ocurriendo una verdadera revolución en la industria ya que no se trata de fabricar los automóviles que ahora conocemos, sino que se está abordando una reformulación de la oferta basada en la "experiencia del vehículo" frente a la "experiencia en la conducción" lo que induce cambios radicales, disruptivos, tanto en tecnologías como en modelos de negocios. Avanzan de forma rápida nuevos conceptos hasta hace poco desconocidos, como la autonomía, la conectividad, la electrificación y el vehículo compartido que producirán un incremento del "software" frente al "hardware" en la estructura de costes de fabricación, por lo que los fabricantes tendrán que emplearse a fondo desde el marketing al I+D para sobrevivir en la lucha competitiva.

A partir de aquí destacaría que la "clusterización" que se ha producido en la industria del automóvil gallega, así como la existencia de centros tecnológicos como CEAGA o AIMEN, asociativas como ASIME entre otras propician la acción combinada de conocimiento, formación, innovación, mejora operacional, impulso de la ayuda pública, creación de empleo que con ser muy importante, no será suficiente, dado que los desafíos son enormes. Un vehículo autónomo generará datos en gigabytes por día, cuyo tratamiento es de una dimensión excepcional para su propia gestión de funcionamiento, como para su conectividad. El I+D, la introducción de mejoras disruptivas en los procesos de fabricación derivados de la industria 4.0 y otros muchos elementos inducen la necesidad de una ingente cantidad de personas cualificadas para lo que tenemos que focalizar la atención en el automóvil, de empresas, trabajadores, universidad y administraciones públicas.

*Economista

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