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Tribuna libre

Los valores educativos del teatro

Siguiendo la costumbre de las últimas décadas de conmemorar a lo largo del año días mundiales dedicados a importantes temas de implicación planetaria, el día 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Teatro. Esta jornada fue creada en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro de la UNESCO, que fue cuando también se creó en París el Teatro de las Naciones. Desde entonces, cada 27 del mes de marzo, en muchos lugares y países, se lleva a cabo con diversos actos esta conmemoración. El teatro nació en Atenas, y quizás antes en algún otro lugar de la prehistoria. Las representaciones griegas se realizaban siempre en recintos al aire libre, construidos al efecto. Los teatros griegos reunían centenas de espectadores. Las gradas estaban construidas de tal manera que todos los espectadores podían ver y escuchar lo que los actores decían. Los cuales usaban trajes de colores vivos y zapatos muy altos para aparentar una estatura imponente. Cubrían el rostro con máscaras que servían, tanto para ampliar el sonido de la voz, como para hacer más visible a distancia la expresión del personaje.

Un aspecto curioso es que, en cada pieza, solo existían tres actores, todos de sexo masculino. Cada uno de ellos tenía que desempeñar varios papeles, incluyendo los de personajes femeninos. La representación de los actores, que actuaban en la escena, era acompañada por los comentarios del coro, que se movía en la orquesta, junto con los músicos. Había dos géneros de representaciones: la tragedia y la comedia. El dicho popular de que "Roma conquistó a Grecia por las armas y Grecia a Roma por las artes y la cultura", se cumplió a la perfección, pues los romanos heredaron el gusto por el teatro y construyeron hermosos teatros al aire libre en numerosos lugares, como Braga, Évora, Lisboa, Mérida, Calatayud, Zaragoza, Sagunto, Tarragona, Alejandría y hasta en Petra y Ammán. Y en muchos otros sitios y localidades del sur de Europa y norte de África.

Aprovechando esta importante conmemoración dedicada al teatro, queremos sensibilizar a nuestra sociedad, empezando por nuestros lectores, sobre la importancia que el teatro tiene en muchos aspectos de la vida y en la formación de la personalidad de los seres humanos. Tanta que, todavía no comprendemos bien como no está generalizada la actividad teatral en los centros de enseñanza de los diferentes niveles educativos. Y como no tiene un lugar preeminente en el currículum y en los tiempos escolares. Pues la expresión dramática es sin duda alguna, la actividad más completa que existe. Abarca todas las expresiones posibles del individuo. La verbal, en primer lugar, tanto oral como escrita, como literaria y comunicativa. La plástica, al tener que diseñar decorados, trajes y disfraces. La musical, cuando la escenificación tiene fondo musical y, a veces, los actores se tienen que expresar cantando. La corporal, especialmente, al tener que poner en funcionamiento todos los miembros del cuerpo, brazos, piernas, cabeza, rostro, manos y pies. También la mímica, la psicomotricidad, el dominio del esquema corporal, el placer de jugar? El teatro es, además, la actividad lúdica más completa y extraordinaria que existe y todos deberíamos saber que no hay, para niños y jóvenes, actividad educativa más completa que jugar.

Por si esto fuese poco, la expresión dramática tiene un alto valor propedéutico y terapéutico. Griegos y romanos en la antigüedad clásica lo sabían muy bien y utilizaban ya el teatro como una terapia. Por medio del teatro en las aulas podemos resolver pequeñas necesidades educativas especiales: algunos tipos de dislexia, problemas de habla, introversión y timidez. Podemos favorecer el nacimiento de habilidades sociales, habilidades para relacionarnos, comunicarse e interactuar, para respetar las diferencias, para adquirir valores humanos como la tolerancia, la solidaridad y la identificación con los otros. Para la adquisición de auto-estima y la superación de variados complejos. De paso, el teatro en la escuela también sirve para trabajar todas las áreas transversales que existen, para fomentar la creatividad, para enseñar a utilizar de forma adecuada el tiempo libre, para aprender a cooperar trabajando en grupo y en equipo, y para adquirir conocimientos variadísimos: literarios y de idiomas, de la cultura propia y de otras culturas, éticos, artísticos, biográficos, históricos, geográficos, científicos, sociales, etc. Por eso podemos preguntar: ¿Existe alguna otra actividad educativa tan valiosa y tan didáctica como el teatro y la expresión dramática? Cuando viajamos a Portugal admiramos nuestro país hermano en lengua y cultura, porque en todos sus centros de enseñanza se organizan actividades teatrales. Y ello es debido a que sus maestros aprendieron artes dramáticas en su formación inicial de las Escuelas Normales, donde existe la materia de Expresión Dramática en sus planes de estudios.

Pedagogos y educadores tan insignes como Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío, de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), Rabindranath Tagore en su Santiniketon, Lorenzo Milani en su escuela italiana de Barbiana y Don Bosco en sus instituciones educativas, tenían muy claro el valor pedagógico del teatro y las actividades dramáticas, y lo llevaban a la práctica en estas sus escuelas. Igual que ese nuestro grande educador que fue Andrés Manjón, el cual, en sus escuelas granadinas del "Ave María" en el Sacromonte, enseñaba por medio de dramatizaciones y juegos dramáticos. Método que también utilizaba en la escuelas Anejas de Ourense el excelente maestro de primaria, por suerte todavía entre nosotros, José Caseiro, y que tanto enseñó con esta técnica a los futuros maestros que hacían prácticas escolares en su aula de educación primaria.

Existen en Ourense algunos centros, donde hay profesores con sensibilidad educativa, en los que todos los años organizan actividades teatrales con sus escolares, a los cuales aprovechamos para felicitar. En primer lugar, la Universidad Laboral, la que desde hace bastantes décadas siempre desarrolló ciclos teatrales, gracias especialmente a Ángeles Cuña, y, por ello la Laboral fue la cuna del grupo teatral "Sarabela", que en los últimos años es el principal responsable de organizar en la ciudad, con apoyo institucional, en el mes de noviembre, el Festival de Teatro. También los Salesianos -con la lógica influencia pedagógica de Don Bosco- apoyaron desde siempre el teatro escolar, y en su centro, desde el comienzo, existe una sala teatral, que también es usada para cine. El Colegio "Santo Ángel" en el barrio de O Couto, desarrolla también actividades de teatro escolar. Y cada curso se organizan en la ciudad y algunas localidades de la provincia, certámenes de teatro escolar, en los que participan aquellos centros que realizaran montajes teatrales con sus grupos de estudiantes.

También contamos con algunas instituciones culturales volcadas con la actividad teatral. En Ribadavia, por suerte, y gracias a Abrente, se sigue organizando, ya desde hace muchos años, la Mostra de Teatro. En Carballiño fue Avantar la pionera en la promoción del teatro. La Casa de la Juventud de Ourense, cuando su funcionamiento era ejemplar y dinámico, albergó a los grupos teatrales "María Castaña" y "Marañao". Y tenemos que recordar y homenajear a Segundo Alvarado, que durante décadas dinamizó en la ciudad el "Valle Inclán", o Blanco Gil el "Histrión 70". Y no nos podemos olvidar de Mariluz Villar, gracias a la que, con la ayuda del alcalde y su municipio, se organizan las "Noites Teatrales" de Vilamarín. Muy lejos, pero merecen la pena ser recordados los grupos de "La Barraca" de Lorca y el "Teatro de las Misiones Pedagógicas" de Alejandro Casona y Rafael Dieste, lamentando la desaparición del magnífico programa semanal de TVE "Estudio 1", que tanto hizo por la divulgación del teatro.

Queremos también que este artículo sirva para recordar a personas importantes en el mundo teatral, unos por suerte vivos, y otros ya desaparecidos. Entre los directores y actores a Manolo Vidal, Manuel Lourenzo, Marisa Calvo, Pillado Maior, Manuel Guede Oliva, Fernando Gavelo, Guadalupe y Dora Espinar, Alberto Fernández, Fernando Ramos, Modesto Vázquez, Chonina Vilanova, Rebeca López de Turiso, Abelardo Pérez Gabriel, Manuel F. Sampayo, Raúl García, Carlos García Manzano, Marina Gloria Pérez, Mari Carmen Sueiro, Milucha Rodríguez, Vicente Losada, Jorge González, Rafael Huete, García Bodaño, Beatriz Iglesias, Carlos Conde, Rosita Belón y otros muchos, pues la nómina es amplia. Entre los autores que merece la pena reseñar tenemos los gallegos Manuel María, Marinhas del Valhe, Lauro Olmo, Valle Inclán, Castelao, Fernández Mazas, Blanco Amor y Varela Buxán. Y entre los extranjeros, incluyendo los castellanos Lope, Casona, Lorca, Tirso de Molina, Calderón y Cervantes, tenemos a Shakespeare, Pirandello, Bertolt Bretch, Ibsen, Gil Vicente, Chejov y Tagore.

Animamos al Centro Dramático Galego (CDG) para que recupere, con la necesaria ayuda de la Consellería de Cultura, a quién también hacemos una llamada, el esplendor perdido. Y vuelva a fomentar el teatro por todo el territorio gallego, haciendo montajes, que no tienen porque ser faraónicos ni de elevado coste, para hacer representaciones, muchas de ellas al aire libre, aprovechando el ciclo anual de nuestras fiestas populares y las muchas fiestas de tipo gastronómico que se organizan en infinidad de rincones gallegos, a lo largo y ancho de nuestra tierra. Las Farsas para títeres de Blanco Amor, las farsas medievales francesas, el teatro popular "Barriga Verde" de Manuel María, las farsas de Valle Inclán, el Cartero del Rey de Tagore, las obras de Dieste y de Varela Buxán, son piezas magníficas para llevar a la Galicia del rural. Recuperando también el teatro de títeres y marionetas, del que tenemos un magnífico ejemplo con el grupo "Viravolta" de Lalín. Todo un clásico, que merece nuestro mayor aplauso.

(*) Educador Social y Animador Cultural.

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