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El tesoro no está en Rande

La industria de los cruceros generó un impacto económico directo de 1.323 millones de euros en España durante 2015, un 9,5% más que en 2014. En empleos la cifra asciende un 12,1% más que el año anterior, hasta los 28.576. Las cifras hablan por sí solas y tan jugoso es el pastel que hay ciudades que en la última década han basado toda su estrategia turística en esta industria.

Limitarse a cuantificar el impacto económico de los cruceros por cuanto gasta o deja de gastar cada crucerista en el comercio de la ciudad es inútil o cuando menos parcial, pues las repercusiones económicas de los cruceros se infiltran mucho más allá. Los trabajadores del puerto, de la consignataria, los conductores de autobuses, los guías que llevan a los cruceristas de excursión son vecinos del área metropolitana. Las agencias de viajes que venden más cruceros cuando un barco tiene embarque en Vigo, también. La tienda de ultramarinos donde los tripulantes hacen algo de compra, ídem. ¿Saben que a bordo de un crucero norteamericano navegando por el Mediterráneo me encontré con que la leche de la cafetería era gallega? ¿Y qué hay del enorme potencial para las bodegas gallegas que supondría introducir sus vinos en los barcos de crucero?

Una ciudad como Vigo, líder en tantas áreas marítimas, no puede dejar que se le escape ese tesoro, que está al alcance de nuestras manos, pues los cruceros pasan constantemente frente a nuestras costas. Solo tienen que decidir en qué ciudad hacen escala, y es que ahora, pueden elegir.

En 2008 se presentaba en Vigo el Plan Nouvel, visionario para unos, fantasía para otros. Mientras tanto, Leixoes tramitaba el estudio de impacto ambiental para el nuevo muelle de cruceros y su terminal, obras que terminarían en 2015 y cuyos efectos positivos ya se dejan notar. En Getxo inauguraron un muelle de cruceros en el 2006 y tuvieron que construir otro más grande en 2012 por el aumento de demanda. Este año están construyendo una nueva terminal por 4,6 millones de euros que estará dotada de una pasarela de embarque móvil que costará 1 millón a mayores.

Las infraestructuras por sí mismas, no son las que atraen cruceros, aunque forman parte de la compleja fórmula del éxito. En 2008 había muy poca alternativa al Puerto de Vigo para los cruceros, ahora, Bilbao, Coruña, Ferrol, Oporto, e incluso Gijón, nos arrebatan escalas. Vigo tiene que dar un golpe en la mesa y ponerse a competir rápidamente, dejando de poner trabas a las mejoras estructurales y formando un frente comandado por las dos instituciones más importantes de la ciudad, pero también la Diputación, al que se adhieran las asociaciones de hostelería y comercio, los consignatarios y hasta las fuerzas de seguridad. Una unión que ha demostrado sus buenos resultados en aquellos puertos donde se ha implantado oficialmente o de hecho.

La llegada del AVE a Galicia, cuando quiera que llegue, va a suponer un cambio sustancial en la competitividad de Coruña y Vigo. La que alcance a ese momento con las mejores infraestructuras, la mejor imagen turística, las mejores conexiones aeroportuarias y las condiciones más competitivas, tendrá medio camino hecho para convertirse en puerto base de cruceros, el baúl más codiciado del tesoro de los cruceros. Y el tiempo vuela.

*Editor de InfoCruceros.com

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