Estamos asistiendo estos días al mayor éxodo de nuestra historia actual. Llevamos algunos años con otro éxodo del continente africano en el que víctimas del hambre están llegando a Europa imaginándose el paraíso terrenal. Ahora, los refugiados están huyendo fundamentalmente de Siria. Están huyendo de una guerra civil en la que el Estado Islámico está ganando la partida a Al Assad.

El problema de Siria y de los países árabes viene de muy antiguo. A la muerte de Mahoma hubo dos opciones para elegir al sucesor del Profeta con poderes políticos y religiosos. Una, que el nuevo califa debía ser de la familia de Mahoma y así se eligió a Alí, y así nació el grupo llamado chiitas. El otro grupo defendía que el nuevo califa debía ser escogido entre las personas de más relieve del país, aunque no fuese de la familia de Mahoma. Esto dió origen al grupo chamado Sunitas. Esta invasión de sirios es la punta del iceberg de lo que puede ocurrir en pocos meses. En Siria hay ocho millones de habitantes que están dispuestos a llegar a Europa.

Los refugiados políticos fueron gente que tradicionalmente fueron bien acogidos en todo el mundo. Pero creo que ahora este éxodo de refugiados necesita una importante reflexión. Cuando en Austria se intentó dar comida a estos refugiados entregando unas bolsas de comida envueltas con los signos de la Cruz Roja fue rechadada con gritos que no cesaron hasta que la policía los retiró. Esta gente es tremendamente fanática y está dispuesta a morirse de hambre.

Lo que no es de recibo es que estas multitudes de refugiados no se dirijan a Arabia Saudita, que les queda más cerca y además su renta es un 20% más alta que Alemania y, además, creo que esto puede ser lo más importante, estarían en un entorno cultural y religioso más adecuado. Estas masas humanas buscan quizás la libertad que en sus países no la viven.

El problema de Europa es asimilar a estos pueblos que están anclados en el siglo X y que no han evolucionado. En Francia vemos que forman núcleos suburbanos que viven su propia cultura y costumbres y la cultura francesa no ha sido capaz de asimilarlos. Los inmigrantes proceden de África que escapan de la miseria, del hambre y del subdesarrollo. Llegan en pateras o en barcos en fase de desguace al sur de Europa en condiciones miserables.

Yo estoy de acuerdo que hay que ayudar a esta gente. El Papa Francisco se ha comprometido a acoger a un exiliado en cada parroquia europea. Pero lo que está claro es que hay que luchar por conseguir arreglar los problemas en origen.

En el caso de Siria, Europa está pagando el hacer oidos sordos al problema de la formación del Estado Islámico. Ojalá no lleguemos tarde. Francia reacciona y habla de enviar tropas que echen a las tropas del Estado Islámico en el territorio de Siria. Hay que terminar con la guerra civil en este país, será la única forma de evitar ese éxodo que nos inunda Europa.

Con los inmigrantes hay que ir a la raiz del problema, hay que luchar contra estas mafias que organizan estos viajes y que les cobran un dineral para traerlos a Europa. Europa es un gigante con pies de barro. Hasta ahora solo hemos conseguido una unión mercantil. Europa ha estado demasiado tiempo dejando la solución de los grandes problemas en manos de los Estados Unidos. Ahora que nos acecha una invasión en regla sin control de África y Oriente Medio y que nos hacen perder nuestra identidad será el momento de unirnos como si fuéramos un solo país y demos soluciones valientes y generosas para ir a la raiz de los problemas de nuestros vecinos.

* Miembro del Club 55