Es uno de los principales reclamos de la nueva adaptación cinematográfica de Los tres mosqueteros. La actriz francesa Eva Green, de 43 años, forma parte del 'casting' de altos quilates —junto con Vincent Cassel, Romain Duris o François Civil— de 'Los tres mosqueteros: Milady', estrenada este viernes en España. La segunda parte del díptico dirigido por Martin Bourboulon se refiere en su título al sombrío y misterioso personaje de Milady, interpretado por la misma Green. En una entrevista para El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, en París, esta estrella de Hollywood, y que en los últimos años ha concentrado su trabajo en películas y series europeas, explica qué le motivó y cómo se preparó para interpretar a la ambivalente antiheroína de esta gran producción.

“Milady es un personaje sombrío, pero si fuera solo alguien malvado, no me hubiera interesado este papel”, asegura Green sobre uno de los personajes más interesantes de la mítica saga literaria de Alexandre Dumas. En los dos filmes de Bourboulon —quizás se convertirán en una trilogía—, la actriz encarna a la intermediaria y espía que trabaja a sueldo del cardenal Richelieu en la Francia del siglo XVII, marcada por las conspiraciones y guerras de religiones según el imaginario artístico de Dumas (1802-1870). 

"Es una mujer fatal en el sentido mitológico"

“Cuando era adolescente, mi libro preferido era 'El conde de Montecristo'”, explica Green sobre otra de las novelas emblemáticas del escritor romántico francés. En el caso de la saga de Los tres mosqueteros, “tuve que leer las novelas como lecturas obligatorias en el instituto, lo que resultó menos satisfactorio. Pero crecí marcada por ese universo y las adaptaciones cinematográficas. Siempre recordaré a Lana Turner haciendo de Milady” en la película de George Sidney (1948).

Tras haber hecho de 'chica Bond' con 'Casino Royale' en 2006 o de Miss Peregrine en la película de Tim Burton de 2016, Green encarna en la pantalla a otra 'femme fatale'. Como Vesper Lynd, Milady es misteriosa, seductora y manipuladora. “Es una mujer fatal en el sentido mitológico, ya que intenta matar a los hombres”, explica la actriz. “Lo más interesante son las grietas de su personalidad. Tiene una especie de fragilidad”, añade. Uno de los aciertos del guion es que no se trata de un personaje llano, sino complejo. Una de las secuencias más potentes de la segunda parte es un cara a cara entre Milady y Athos (Cassel) en que se evocan las raíces de su “comportamiento obsesivo”.

Un personaje moderno y camaleónico

Además de su complejidad, el personaje de Milady destaca por su modernidad: “Es una mujer hecha a sí misma, que no depende de ningún hombre y a la que le da igual lo que piensen los otros y las convenciones sociales”. Su conflicto y tensa relación con D’Artagnan (Civil) marcan el pulso narrativo de las dos películas, grabadas al mismo tiempo y con una estructura con reminiscencias a las series. De hecho, la segunda parte no termina de entenderse si no se ha visto la primera.

Milady es, asimismo, un personaje camaleónico que para lograr sus objetivos asume distintos roles. Por este motivo, en los dos filmes cambia a menudo su vestimenta. En este sentido, Green destaca el trabajo hecho con el modista Thierry Delettre. “Siempre es importante mantener una buena relación con el encargado del vestuario y aún más en una película en que mi personaje se disfraza constantemente”, explica. 

Y como no podía ser de otra forma, Green también participa en algunas de las secuencias de acción que marcan este filme de capa y escudo. Para ello, hizo clases de esgrima durante dos meses. Reconoce que en una de las repeticiones su espada se desvió y “le perforé el pantalón a François Civil”. Es una de las anécdotas del rodaje de este 'blockbuster' que cumple con su objetivo: entretener y vender muchas entradas de cine, aunque puede dejar un gusto algo insípido a aquellos paladares cinéfilos más exigentes.