Moaña acelera, con Álvaro Siza, el proyecto del ascensor que unirá el centro con la zona alta

El exconcejal de Mobilidade por el PSOE, Rodrigo Currás, demostró esta semana que seguía involucrado en los proyectos que dejó en marcha en Moaña y colaboró con los ediles del nuevo gobierno para pactar una visita al estudio del prestigioso arquitecto portugués Álvaro Siza, que aceptó encargarse del diseño del ascensor al aire libre que unirá el centro urbano de Moaña con la zona alta de la villa desde el entorno de lavadero de A Martinga, justo el barrio en el que empezó a poblarse la Moaña más urbana.

El nuevo edil de Urbanismo, Xosé Xoán Melón; la nueva responsable de Mobilidade, Dolores Chapela y la alcaldesa, Leticia Santos, acudieron a la cita en el estudio de la ciudad de Oporto. Allí llevaron a Siza la maqueta del entorno de la calle Ramón Cabanillas, sobre la que tendrá que intervenir en la redacción de un proyecto que deberá estar listo antes de final de año.

La alcaldesa, que ayer agradeció la “implicación desinteresada de Rodrigo Currás”, explica que a partir de contar con el proyecto empezarán a gestionar los diferentes informes sectoriales. Al pretender ubicar el ascensor al lado del lavadero tradicional, el Concello necesita el visto bueno de Patrimonio.

El contrato con Álvaro Siza se pudo firmar gracias a la subvención del Plan Ágora de la Diputación. Desde el Concello se aseguraron que, además de diseñar el ascensor y su pasarela dentro del ámbito de mejora de las conexiones entre la baja y alta Moaña, el arquitecto luso también realizará un proyecto de intervención artística en el espacio público.

Siza, que es reconocido internacionalmente y cuenta en su haber con galardones tan prestigiosos como el Premio Nacional de Arquitectura de España (2019) o el Premio Pritzker (1992), pondrá su sello a una obra de mejora de la movilidad que inicialmente contemplaba dos ascensores, pero finalmente se redujo a uno. El Concello buscó también una nueva ubicación, menos visible, atendiendo a la petición de los vecinos de minimizar el impacto en las fachadas.

El proyecto integral se extiende a la humanización de un tramo de unos 200 metros de la travesía Ramón Cabanillas.

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