Portas detecta carencias en la renovada estación de autobuses y pide a la Xunta franquear barreras

Ni carril bici, ni accesibilidad cognitiva y eliminación de barreras arquitectónicas, ni rotonda abierta para que los taxistas puedan cambiar de sentido sin mayores desplazamientos. La “entrega de la remodelada estación de autobuses a los vecinos de Cangas” escenificada por la Xunta esta semana no convence a la alcaldesa, Victoria Portas, que echa en falta esas mejoras en el servicio y cuestiona el provecho de los 400.000 euros invertidos por la administración autonómica en unos trabajos que se han prolongado medio año y que para la regidora son poco más que “un lavado de cara” por parte de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, que dirige Ethel Vázquez. Portas recalca que algunas de esas mejoras estaban comprometidas y no se ejecutaron, y adelanta que volverá a exigirlas, por escrito y con el aval de los taxistas y de los colectivos de personas con discapacidad o diversidad funcional, entre otros.

El gobierno cangués ironiza sobre las múltiples visitas de representantes de la Xunta a una estación “que tiene poco de intermodal”, que “ni siquiera está terminada, según ellos mismos reconocen”, ni da respuesta “a las necesidades y demandas” de dichos colectivos. Los taxistas pidieron, en balde, que no hubiera barreras de acceso a la zona de dársenas, para poder utilizar la parcela como rotonda donde cambiar de sentido. Al no lograrlo, solicitaron poder izar las barreras a través de algún dispositivo electrónico como el que se emplea desde los autobuses, pero tampoco esa demanda ha tenido éxito y no ocultan su disconformidad.

Desde la Axencia Galega de Infraestruturas (AXI) explican que la instalación de barreras responde a motivos de seguridad y no van a renunciar a ello. Aseguran que la solución a las demandas de esos profesionales pasa por habilitar un acceso desde la parada de taxis al aparcamiento contiguo, facilitando así el cambio de sentido. También que esa obra correspondería al Concello y que en sus manos está ejecutarla. Pero tanto la alcaldesa como el concejal Mariano Abalo repiten que todo ese ámbito es de competencia autonómica, no municipal, y que además el Concello no encuentra más que trabas cuando pide autorización o colaboración para actuar. “Tengo claro que estaré detrás de las pancartas de los colectivos que se movilicen por esas mejoras”, abunda Victoria Portas.

La máxima representante municipal sostiene que “hay un abismo entre lo que figura en el proyecto y lo que se hizo”, y que también desde colectivos de personas con diversidad funcional, algunas de las cuales precisan desplazarse en silla de ruedas, echan en falta una actuación “más inclusiva y rigurosa”. Refiere que ni siquiera se cambiaron los azulejos de los aseos, que varios elementos en mal estado se “chapotearon de pintura” y que las cámaras de videovigilancia no están instaladas, a pesar de los carteles que lo advierten, y de que la Xunta da por entregada la obra tras más de medio año transcurrido desde su inicio, con el verano por medio. Tampoco esta aún operativa la cafetería, cuyo servicio explotará la empresa Monbus y desde la Xunta anuncian que los trabajos finalizarán “en unas semanas”.

Distinto talante

Victoria Portas se muestra muy crítica con las trabas que pone la Xunta y el talante de la conselleira Ethel Vázquez en este y otros asuntos que conciernen a Cangas. Más sintonía y voluntad de entendimiento encuentra con la delegada territorial, Marta Fernández-Tapias, que visitó esta semana Cangas para “entregar a los vecinos” la estación de autobuses que la AXI proyectó y ejecutó.

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