Más de medio centenar de vecinos del barrio de Broullón, en la parte alta de Moaña, expresaron ayer su desesperación por los años que llevan aguardando a que la Xunta acabe con la inseguridad viaria en la carretera general PO-313, que atraviesa el barrio. Convocados por la asociación vecinal se concentraron a última hora de la tarde, lamentando que, pese a un acuerdo del pleno del Concello en la primavera, sus demandas sigan sin encontrar respuesta.
En concreto exigen medidas de reducción de velocidad así como semáforos y pasos de cebra que feliciten el cruce de la carretera. Entre la rotonda de salida de la Autovía do Morrazo y la frontera con Marín no existe ningún paso de peatones, obligando a los vecinos a “jugarse la piel” cada vez que atraviesan la carretera.
A mayores exigen mejoras en las aceras, cuyo estado obliga muchas veces a bajar al asfalto para caminar. Alertan de la inseguridad en la parada del autobús escolar y reclaman mejoras en los cruces con la PO-313, que obligan a los conductores a invadir los dos carriles para incorporarse. Los residentes en Broullón temen atropellos y se quejan de que “parece que los vecinos de este barrio no tenemos derecho ni a pasear”.
