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Las descargas de mejillón vuelven a Domaio al remitir la toxina en el fondo de la ría

Hasta tres camiones de producto partieron ayer para el mercado nacional y para el francés | El sector espera la reapertura del resto de polígonos antes de la campaña de exportación a Italia

Actividad, ayer, en el muelle de Domaio. | GONZALO NÚÑEZ

La actividad de los bateeiros de Moaña, Domaio y Vilaboa estaba paralizada desde los primeros días de julio por culpa de un episodio de toxinas lipofílicas que obligó a los biólogos del Intecmar (Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia) a cerrar casi la totalidad de los viveros de las rías gallegas. Sin embargo, el sábado empezaron a remitir los niveles de toxina y los análisis permitieron la reapertura de varios polígonos en el fondo de la ría de Vigo, tanto en la Ensenada de San Simón como fuera del estrecho de Rande. Esto permitió retomar la actividad en los muelles de San Adrián (Vilaboa) y Domaio (Moaña), incluso con la salida de producto para la exportación al mercado francés.

Bateeiros en el polígono ubicado frente al puente de Rande. | GONZALO NÚÑEZ

En concreto este lunes los mejilloneros trabajaron ya con los polígonos Redondela A, B, C, D y E abiertos, así como el Cangas E, frente a la parroquia de Domaio. Esto hizo que los trabajadores pudiesen extraer el producto de los viveros y ponerlo en el mercado nacional y en el francés. En total partieron tres camiones entre San Adrián y Domaio cargados de producto.

Los productores explican que el tamaño y calidad del bivalvo es bueno y esperan que la toxina siga remitiendo para poder trabajar con total libertad en la última semana de agosto, periodo en el que deberá arrancar con fuerza la exportación al sur de Italia, que pasa por ser la campaña con trabajo más intenso del todo el año para un sector clave en la economía moañesa.

Siguen todavía cerrados los polígonos ubicados frente a las costas de Nerga, Liméns, el centro de Moaña o Meira. Son cinco los sectores de la ría de Vigo en los que todavía no se puede trabajar y en el muelle de A Mosqueira la actividad se centraba todavía en la preparación del producto en las bateas y en arreglos y puesta a punto de los barcos, como en las últimas semanas. “De todas formas es un alivio, porque así podemos ir sacando producto del fondo de la ría y después no se nos acumula todo el trabajo”, explicaban ayer desde las cooperativas moañesas. Eso sí, temen que si la toxina no sigue evolucionando favorablemente se vean obligados a retrasar las exportaciones al sur de Italia.

Un año de récord

El sector mejillonero espera por la reapertura de los polígonos más grandes de la ría de Vigo antes de finales de mes, pero de todas formas teme no poder acercarse a las cifras récord de ventas del año 2021. De hecho, durante estos cierres muchos productores están recuperando producto, pues vendieron a los niveles más altos en décadas a lo largo de la última campaña debido, sobre todo, a la altísima demanda de la industria conservera, que necesitaba recuperar los niveles de sus almacenes tras el fuerte incremento de consumo de conservas por parte de los ciudadanos durante las peores fases de la pandemia de COVID-19.

El incremento del precio del bivalvo también les ayudó en la anterior campaña, y todo ello a pesar de que los polígonos de O Morrazo encabezaron los periodos de paralización por culpa de los episodios de toxina. No en vano, a lo largo de 2021 el sector Bueu B estuvo cerrado hasta 241 días, 235 el Bueu A2 y casi 210 el Bueu A1. Al lado, en la ría de Aldán, el Cangas B rozó los 200 y en la bocana de la ría de Vigo las zonas de producción situadas en Nerga-Barra y en Liméns sumaron 188 y 181 días de cierre.

Seis semanas sin poder extraer producto en los sectores de Bueu y la ría de Aldán

Bastante peor que los productores de la ría de Vigo lo están pasando los que tienen sus puertos base en Bueu y en Aldán, pues sus polígonos están cerrados en la mayoría de los casos desde el 22 de junio. Acumulan por lo tanto seis semanas sin poder extraer molusco y ponerlo a la venta. En Aldán el 17 de junio cerró el Cangas B y el pasado 5 de julio el Cangas A, sin que de momento haya síntomas de una remisión de la toxina. Frente a las costas de Bueu, por su parte, los tres polígonos están cerrados desde el 22 de junio. O Morrazo, además, se quedó este año sin poder recuperar tras la pandemia la principal fiesta de exaltación de este producto, la Festa do Mexillón de Moaña. Y es que las fechas que barajaba la Xunta de Galicia para la reforma de la cocina del colegio de Reibón impidió a la Asociación de Mulleres organizar un evento que siempre servía para dar la bienvenida al mes de agosto.

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