Varios furancheiros de Moaña acudieron el fin de semana al llamamiento realizado por la Comisión de Festas de San Martiño para una primera toma de contacto que permita recuperar una de las fiestas más concurridas de O Morrazo y la que cuenta con más características únicas, precisamente por la tradición de los puestos de venta de vino de casa. Todos los furancheiros que se reunieron mostraron su interés en que este mes de noviembre se recupere, tres años después, esta fiesta en honor al patrón de la parroquia original de Moaña.
Los productores y vendedores de vino de casa que participaron en la reunión se comprometieron a avisar al resto, para lograr abrir un buen número de bajos en el núcleo histórico, además de los puestos que se instalen en la carpa del atrio bajo. Desde la comisión, Humberto Gestido explica que a comienzos de septiembre empezarán a pedir por las casas para costear las verbenas de este año. Entienden que la recepción entre los vecinos será positiva, al sufrir los años 2020 y 2021 sin fiestas y toda vez que muchos moañeses llevan tiempo preguntando a la comisión si este año habrá celebraciones.
La intención, además de una semana entera de furanchos en los que siempre se vende gastronomía otoñal y se despachan miles de litros de vino, es organizar al menos tres noches de verbena con orquestas. Además, la comisión espera el apoyo del Concello para el primer sábado de conciertos dedicados a la juventud, como venía ocurriendo antes de la pandemia. De hecho, el año pasado, cuando una ola de COVID-19 impidió la fiesta, la mejoría de las condiciones sanitarias en noviembre hizo que el propio Concello colaborase organizando varios conciertos, aunque sin la apertura de furanchos.
Procesión
Con O Morrazo saliendo de forma rápida y esperanzadora de la séptima ola de la pandemia, la comisión de San Martiño aguarda que la situación no empeore de cara al otoño.
Y es que además de las verbenas, también se recuperará la procesión del 11 de noviembre que siempre reúne a miles de fieles para recorrer la distancia entre la iglesia románica y el cruceiro del casco histórico.
