Un animal vuelve a ser protagonista de la actualidad en Moaña. En esta ocasión se trata de una gata que un vecino encontró en la frontera entre Tirán y Cangas, el domingo 3 de julio, perdida con un collar y que por su trato apunta a que se escapó de alguna vivienda. Tras preguntar por las casas de la zona, el vecino no encontró al dueño y llevó el animal a la Policía Local en un transportín. Desde entonces el Concello realizó llamamientos en sus redes sociales pero no apareció el dueño y poco a poco la gata se adueñó de las simpatías de los agentes municipales y de los trabajadores del Concello.
El concejal de Medio Ambiente, Odilo Barreiro, se encarga de habilitarle un cuarto en el que dormir y de proveerlo de un arenero y comida diaria. El bipartito anunció en las redes sociales oficiales la aparición de un gato al que bautizaron con el nombre de “Cinza”, por el color de su pelaje.
A lo largo de toda la semana es habitual que los trabajadores del Concello dejen a “Cinza” libertad para pasear por las distintas dependencias durante varios periodos a lo largo del día, para que no esté siempre encerrada en el cuarto habilitado al lado de las dependencias policiales. Mientras tanto, el Concello trata de averiguar quién es el dueño, que seguramente lo esté buscando sin saber que se ha convertido en la “mascota” temporal de la administración local.
A lo largo del último año fueron varias las veces que el concejal de Medio Ambiente se volcó en ayudar a animales de la villa, como el llamamiento para encontrar a varios gatos, uno de ellos que había perdido una familia de Bilbao. Pero sin duda el caso más llamativo fue la búsqueda de una familia para “Pancho”, un burro que vivía en una casa de Berducedo.