La huelga de transportes lleva más de una semana en marcha tras la crisis desatada por el encarecimiento de los combustibles. En O Morrazo se empiezan a notar sus efectos. Si los primeros días la falta de productos apenas se notaba y se debía sobre todo a la psicosis que empujaba a los consumidores a “arrasar” con determinados productos en los supermercados, ahora ya es habitual ver muchos estantes vacíos en tiendas de toda la comarca.
Los panes, el café, las pastas y las harinas son algunos de los productos que escasean, sumándose al aceite de girasol, que desde que estalló la guerra de Ucrania prácticamente vuela de los supermercados.
Además de la falta de bienes como el papel higiénico, que desde el estallido de la pandemia es lo primero que se agota cada vez que hay rumores de desabastecimiento, el problema llega a alimentos de primera necesidad como la leche. Ayer muchos supermercados tenían casi vacíos sus estantes de leche, tanto normal como sin lactosa.
En lo que respecta a la industria, algunos almacenes del polígono industrial de Castiñeiras sufren una falta alarmante de suministros y otras industrias, que en los primeros días sobrellevaron la huelga al no llegar a todo el sector, empiezan ya a asumir importantes retrasos en las entregas.
En este segundo grupo están, por ejemplo, los talleres y concesionarios de coches, que ya están aplazando la entrega de vehículos que tenían vendidos al no poder recibirlos por falta de transporte.
