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El marisqueo a flote reserva sus tres mejores bancos para Navidad

Personal del sector, trabajando en las bateas para separar en sacos el bivalvo que todavía no puede comercializar. | GONZALO NÚÑEZ

El sector del marisqueo a flote de la comarca, con numerosa presencia en las cofradías de Moaña y Cangas, ha decidido retrasar la apertura de sus tres bancos de invierno más fuertes hasta donde lo permita la explotación del resto de zonas. El objetivo es acercarse en todo lo posible al periodo navideño, en el que se incrementan los precios del producto. Se trata de los bancos de Rodeira, Tirán y Canido, que normalmente se explotan desde el mes de octubre. Ahora el sector no quiere trabajar en esas zonas como mínimo hasta el mes de noviembre y no descartan alargar la apertura incluso hasta diciembre si es posible. La almeja babosa, por ejemplo, se está vendiendo a buen precio por su escasez, según reconocen desde el sector, pero se pagará mucho mejor con el paso de las semanas. Aguardan, también, que estos tres bancos, cerrados desde marzo, puedan ofrecer una gran cantidad de producto y almeja de talla muy importante si se guarda durante más meses de los habituales. De todas formas, no ocultan que el mejor muestreo para saber el estado de un banco es siempre el de los primeros días de una campaña.

Siembra de cría de almeja, este mes, en la ensenada de San Simón. | ASOC. MARISQUEO A FLOTE RÍA DE VIGO

Hasta que reabran estos tres bancos, junto con las zonas más pequeñas y abrigadas que históricamente se reservan para Navidad, el sector marisquero ha decidido segmentar el resto de la ría en áreas por las que se moverán en función de la toxina. En este apartado quedarían bancos como el de Baiona, Barra, Liméns o la ensenada de Cangas. Desde hace al menos dos años, han suspendido la tradicional rotación de bancos de marisqueo de verano e invierno por un calendario menos rígido que segmenta la ría.

Si el marisqueo a flote guarda su mejor producto para Navidad, el sector bateeiro de la ría de Vigo está deseando poder retirar y comercializar el suyo. Y es que desde el 10 de septiembre están cerrados casi todos los polígonos de la ría de Vigo. Ayer los biólogos del Intecmar (Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia) permitieron la reapertura de los sectores Redondela A, B y D, lo que supone un pequeño alivio, sobre todo para los que tienen su puerto base en San Adrián (Vilaboa).

Sin embargo, la temporada alta de la campaña de exportación de mejillón al sur de Italia lleva al menos 20 días de retraso. “Deberían estar saliendo entre 5 y 8 camiones diarios de los muelles de A Mosqueira, Domaio y San Adrián, y la toxina en el peor momento nos tiene parados”, explicaban ayer varios productores.

En las últimas semanas los trabajadores de los balandros se dedicaron sobre todo a embolsar bivalvo y colgarlo de las bateas, para su retirada rápida en cuanto se reabra cada polígono. “Sin embargo, en los sectores de la boca de la ría como los de Nerga o Liméns, no hay todavía previsión de reapertura. Esperemos que a mediados de octubre podamos extraer el mejillón, porque en caso contrario se perderá mucho del que ahora tiene tamaño para su venta”.

Aunque, por segundo año consecutivo, los bateeiros cuentan con menos mejillón para el extranjero que antes debido a la “altísima demanda que durante casi todo el año mantiene la industria conservera desde el comienzo de la pandemia”, lo cierto es que la parálisis del trabajo en este mes de septiembre les afecta en uno de los periodos de más actividad del año “y en los que más podemos ingresar”.

A medida que la toxina remita y se reabran distintos sectores, deberán acelerar la salida de camiones hacia Italia, cuyas semanas centrales se acercarán ya a la campaña de Navidad, en donde se registra otro pico de demanda.

Bueu y Aldán, cerrados desde el mes de agosto

Las bateas de Bueu y Aldán acumulan más de un mes de cierre. En alguno de los polígonos, como el de Beluso, son ya dos meses. Una situación que no se prevé que cambie a corto plazo. “Viendo como está el resto de Galicia y los niveles de toxina que hay tendremos suerte si podemos abrir a finales de noviembre o para navidades”, apuntan algunos bateeiros de Bueu. El sector pudo trabajar algunas semanas durante el verano, lo que le permitió colocar producción ante el tirón de demanda por parte de las fábricas. “No nos podemos quejar, aunque abrimos después de las navidades hubo mucha demanda y la mayoría pudo vender lo que tenía”, señalan. El primer cierre en la ría de Pontevedra fue a finales de julio. Durante la primera quincena de agosto cerraron los dos polígonos de Bueu situados entre Agrelo y Lapamán y hacia finales de mes cerraron los dos situados en la ría de Aldán. El sector cruza los dedos para que el episodio de toxina remita a tiempo para poder trabajar en la campaña navideña. “Ya sabemos que seremos los últimos de toda Galicia en abrir”, afirman con resignación.

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