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Los drones reconquistan el cielo de Bueu

Un momento de la exhibición, durante la presentación de los doce pilotos que compitieron en el Gaelic Drone Festival. Carmen García

Tras un año en pausa por la pandemia, la competición aérea “Gaelic Drone Festival” celebró ayer en el recinto de la Estacada su cuarta edición. Como novedad, la pista estuvo recubierta por una red de más de 3.000 metros cuadrados, un escenario nunca visto en ninguna otra parte del mundo y que permitió aumentar la seguridad del público. El aforo estaba reducido a 900 personas que tuvieron que seguir, en todo momento, las normas sanitarias establecidas. Las diferentes carreras pudieron seguirse a través de una pantalla led gigante y también fueron retransmitidas en streaming

La velocidad de los drones volvió a inundar el cielo de Bueu. Tras un parón motivado por la pandemia, la ya conocida como Fórmula Uno del aire celebró ayer su cuarta edición con el estreno de un circuito pionero a nivel mundial. El espacio, al aire libre, estaba totalmente cubierto con una red de 3.500 metros cuadrados para garantizar la seguridad de los asistentes. Es la primera vez que se diseña un circuito así en Bueu y, posiblemente, en el mundo. La propia organización señala que no se tiene constancia de la existencia de un recinto de estas características en ningún otro lugar.

Iván Merino, piloto profesional, muestra su dron. | // C.G.

La primera toma de contacto de los drones con el novedoso circuito se produjo a las diez de la mañana, después de que la Guardia Civil comprobara in situ que el evento cumplía los requisitos adecuados y, por lo tanto, podía celebrarse. Tras esto, los pilotos, en grupos de cuatro, tomaron asiento equipados con sus gafas de visión para poder observar el recorrido de sus drones.

Varios drones de la competición, en el momento del despegue. | / G.N.

Los participantes destacaban que era un circuito sencillo con partes lentas pero con un tramo final trepidante, una recta de sesenta metros donde los drones podían alcanzar tranquilamente los 150 kilómetros por hora. La velocidad continuó por la tarde con las fases eliminatorias para llegar a dos finales, una a las 19.40 y otra a las 23.15 horas. Para que nadie perdiera detalle, esta edición contó con un comentarista y una pantalla led gigante. Además, las carreras también se pudieron seguir por streaming.

Grupo de pilotos manejando sus aparatos durante el evento. | // G.N.

El organizador y presidente del Aero Dron Club, Manuel Juncal, recalca que el año pasado tenían la posibilidad de celebrar el festival pero decidieron aplazarlo por la situación sanitaria. En este 2021 vuelven con un protocolo adaptado a la situación y con todas las medidas sanitarias precisas como distancia de seguridad, toma de temperatura a la entrada y gel hidroalcohólico. Además, el aforo del recinto es menor al que realmente podría albergar. Desde la organización decidieron rebajar la capacidad de 2.000 a 900 personas para que los asistentes pudieran seguir el evento de pie y respetando la distancia entre ellos. Esta reducción de aforo también permitió que en el propio recinto se pudiera instalar una cantina de bebidas.

Lo que ya no era novedad en esta competición fueron los nervios, la tensión y las ganas de disfrutar que se respiraban ayer en los “boxes” de los pilotos. En este lugar, muy similar al de otras competiciones como la Fórmula 1, los participantes se encargan de poner a punto sus vehículos aéreos con el objetivo de proclamarse ganadores. Este año, debido a las restricciones sanitarias, el número de pilotos se redujo a la mitad para poder mantener las distancias obligatorias en el espacio de preparación. Entre los doce competidores se encontraban seis gallegos mientras que el resto procedían de Andalucía y Murcia. Todos mostraban su satisfacción ante su vuelta al ruedo aéreo.

Iván Merino con su dron de competición Carmen García

“La red te obliga a gestionar la velocidad para no salirte”

Entre los doce participantes, llegados de diferentes comunidades autónomas, se encontraba Iván Merino, dos veces campeón de España en carreras de drones. El gaditano, de tan solo 28 años y miembro de la selección española de este deporte, comenzó su afición por los vehículos aéreos hace cinco años. Su interés venía de lejos y admite que, desde pequeño, le encantaba pasar tiempo con los aviones de radiocontrol y todo aquello “que pudiera volar”. Cuando entró en la universidad, un compañero de Ingeniería Aeroespacial le mostró la existencia de los drones de carreras. Desde aquel momento, Merino se convirtió en un apasionado de la velocidad aérea. “Cuando lo probé supe que era lo mío, tenía todo lo que me gustaba”, confiesa. No obstante, el camino para llegar a ser campeón de España no ha sido sencillo ya que es un deporte al que dedica muchas horas de preparación. “Entreno tardes enteras durante varios días a la semana”, explicó. Iván se mostraba entusiasmado ante la vuelta a una carrera como la de Bueu tras la parada competitiva que marcaron las restricciones sanitarias. “Desde la llegada de la pandemia no se organizaba ninguna carrera individual de este tipo, esta es la primera en la que compito que no sea por equipos”, confesaba Merino. Ante el novedoso circuito, el piloto admite que, a pesar de ser sencillo, también tenía algunas dificultades. “La red tan baja te obliga a limitarte ya que en los sitios donde se puede acelerar tienes que gestionar la velocidad para no irte de la trazada”, explica.

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