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El SonRías ultima su cartel y se prepara para un aforo de hasta 2.000 personas

Rayden, en el MicroSonRías Baixas de 2020, en la isla de Ons. | // TRECE

Bueu no se quedará sin la música del Festival SonRías Baixas. Eso ya se puede dar por seguro, a no ser que la pandemia del COVID-19 quiera dar un nuevo e inesperado giro guion. El nombre de los artistas que formarán parte del cartel se conocerá en las próximas semanas, pero lo que sí se confirma ya es que este año el aforo será mayor que el de 2020. La previsión es que el recinto de A Estacada pueda acoger hasta un máximo de 2.000 personas, lo que significa apenas el 20% de su capacidad real. Hacer previsiones con una cifra superior a esa parece de momento poco realista.

La productora bueuesa PlayPlan confirma que el festival se celebrará los días 5, 6 y 7 de agosto y ahora mismo ultima el plan de comunicación y de venta de localidades para el SonRías Baixas 2021. Sin dar demasiadas pistas sobre los grupos que se subirán al escenario de A Estacada, lo que sí es evidente es que los artistas serán todos nacionales. La posibilidad de contar con bandas extranjeras es poco menos que una quimera. “A nosotros mismos nos pasó con Tanxugueiras, que forman parte de nuestra cartera de artistas. Teníamos prevista una gira internacional con ellas y se tuvo que suspender”, ejemplifica el codirector del festival, Jordi Lauren.

El aumento del aforo con respecto al año pasado –que fue un formato “MicroSonRías”, con un máximo de 800 personas– es una buena noticia, pero que no esconde la “inseguridad” e incertidumbre con las que trabajan en la industria musical. Hace apenas dos meses, después de muchas peticiones por parte del sector, por fin se creó una mesa de negociación en la que estaba presente el Sergas para aprobar una serie de protocolos y medidas de seguridad para permitir el regreso de los conciertos. “Nos sorprende que se hablase de límites de 5.000 espectadores y que luego el presidente de la Xunta de Galicia hable de cifras de 10.000 personas en el Monte do Gozo o que hoy [por ayer] se diga que en julio o agosto ya no llevaremos mascarillas. Hay que ser más cautelosos”, manifiesta desde Bueu Jordi Lauren.

A pesar de que legalmente el SonRías Baixas podría trabajar con una perspectiva de 5.000 espectadores lo cierto es que se ha optado por un criterio “realista” y comedido, de un máximo de 2.000. “Salvo el caso del Festival O Son do Camiño no creo que haya más eventos en Galicia que se planteen superar ese umbral de 2.000 espectadores”, apunta Lauren, que es una de las voces autorizadas en el sector y que el año pasado recibió el Premio a la Excelencia de los Iberian Festival Awards.

En el caso del recinto de A Estacada, con capacidad para hasta 10.000 personas, optar por un máximo de 2.000 supone un criterio garantista y en el que prima la seguridad de artistas, trabajadores y público. “Es un lugar amplio, abierto y ese aforo es solo el 20% de lo que se podría meter”, defienden. Ahora mismo la normativa obliga a que el público deba permanecer sentado, aunque esa situación podría cambiar de aquí al verano.

La constitución de esa mesa de trabajo sirvió para que los festivales explicasen de manera clara cuál es su forma de trabajar, que necesitan una planificación de hasta un año vista y que no se pueden meter en el mismo cajón que el ocio nocturno. Desde la propia Consellería de Sanidade reconocieron que desconocían cómo trabajaba el sector y los protocolos de seguridad implantados. “Entedemos que ahora mismo no es posible trabajar con 12 o 18 meses de antelación, pero tiene que haber un punto intermedio porque un festival tampoco se organiza en tres meses”, defiende Lauren.

Desde el SonRías reclaman que debe haber una “información clara y transparente” para todos los festivales y de alguna manera ponen voz a un temor compartido en el sector. “Parece que se está pensando en salvar un festival –O Son do Camiño– en lugar de salvar al conjunto de la industria musical gallega, que genera cultura, ingresos y puestos de trabajo. Una industria que trabaja todo el año y no solo con eventos esporádicos”, argumenta el codirector del SonRías Baixas.

El festival es una de las citas de referencia en Bueu y la comarca durante el verano, tanto por su cifra de asistentes como su repercusión, con un impacto económico superior al millón de euros. El SonRías forma parte de Asociación de Promotores Musicales de España (APM), Asociación Galega de Empresas Musicais (AGEM), Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo (ARTE) o la Asociación de Festivais de Galicia.

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