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Galicia se prepara para un verano sin mascarillas en exteriores: estas son las razones que esgrime Feijóo

Ciudadanos paseando por la ciudad de Ourense. | // IÑAKI OSORIO

“Si todos seguimos durante las próximas seis, ocho semanas con la prudencia que aconseja la situación, estoy convencido de que allá por el mes de julio, agosto empezaremos otra vez a poner cara a todas las personas que vamos por la calle”, avanzó ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien así se mostró seguro de que en verano será posible dejar de utilizar la mascarilla contra la pandemia de coronavirus en exteriores.

Feijóo apuntó que, en su opinión, “en lugares cerrados no será posible”, pero manifestó su deseo de “ir mudando la mascarilla por la faz” en exteriores y su convencimiento de que “en seis, ocho semanas” se podrá hacer, de seguir “la prudencia que aconseja la situación”.

Ya el domingo el titular del Gobierno gallego también adelantó que en verano podrán celebrarse conciertos de hasta 10.000 personas en la comunidad. Eso sí, sentados y con estrictos controles de entrada y salida del recinto a donde se acuda a disfrutar de la música.

En países donde la vacunación contra el coronavirus va a muy avanzada, como Israel, o en territorio como en Gibraltar, ya no es obligatorio el uso de la mascarilla en lugares al aire libre. La Sociedad España de Epidemiología entiende que se puede abandonar el uso de la mascarilla cuando el 70% de la población esté inmunizada.

En todo caso, Feijóo alertó que si la pandemia vuelve a desmandarse en Galicia, está dispuesto a elevar las restricciones de nuevo, e incluso a pedir el estado de alarma para la comunidad, ahora que el Gobierno lo descarta para todo el territorio español.

“Si en Galicia no pudiésemos controlar la pandemia y estuviéramos en una ola alta, y el Tribunal Superior no aceptase, y el Supremo tampoco, tendríamos que pedir un estado de alarma. Esto no es un tema de discusión parlamentaria, esto es un tema que afecta a más de 120.000 muertos y que ha creado el mayor descalabro de la economía desde la Guerra Civil”. Con estas declaraciones, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se erigía ayer en el primer presidente autonómico dispuesto a pedir el estado de alarma si es necesario. Eso sí, lanzó este mensaje, a sabiendas de que hasta ahora el TSXG ha avalado siempre sus restricciones durante la pandemia, y tras volver a mostrarse muy crítico con el Gobierno por imponer el fin del estado de alarma y dejar en manos de los jueces las limitaciones que decidan las comunidades.

“Lo lógico es ampliar la ley orgánica de 1986, para dejarnos de toques de queda y alarmas. ... No tiene sentido que ante incidencias muy bajas como Valencia se acepte el toque de queda... y en el País Vasco, con la peor incidencia, no se acepte. Es evidente que hay una laguna legal y que habría que ampliar la ley de sanidad. Es necesario tener una legislación orgánica. Se ha judicializado la pandemia, y esto de que podemos pedir el estado de alarma por comunidades, no se nos ha informado de ello. Nos sorprende que el Gobierno no pueda legislar, pero sí decretar el estado de alarma en una comunidad autónoma. Hemos convertido el Tribunal Supremo en un juzgado de guardia”, lamentó Feijóo, en unas declaraciones en Telecinco.

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