"La gente entrega, sobre todo, leche, pasta, arroz, aceite... Pero si nos preguntan qué preferimos, en estas fechas le pedimos productos de Navidad, como turrón, bombones o galletas para que todo el mundo pueda celebrarla", explica Fina Rial, presidenta de Cáritas Parroquial de Cangas, mientras hace recuento de los productos recibidos en la primera jornada de la "Operación Kilo" desarrollada en todos los supermercados del municipio, "algo más floja que en los últimos años", reconoce, y que tendrá continuidad hoy con la ayuda de una docena de voluntarios y del personal de Protección Civil.

Este colectivo solidario no da abasto para satisfacer la demanda de la población necesitada. En Cangas atiende a unas 60 familias, además de otras muchas personas a título particular que no tienen más recursos , aunque en el conjunto de la comarca la cifra ronda las 200 familias. ¿Y no se aprecian signos del final de la crisis? "Desde luego, nosotros no. La gente tiene que comer, y si no hay trabajo este tipo de ayuda es imprescindible", justifican desde Cáritas en Cangas, que no coinciden con quienes pregonan que la crisis ya ha pasado. En Moaña y Bueu, sin embargo, e número de personas atendidas ha bajado sensiblemente, hasta caso la mitad, a lo largo del último lustro.

Hay bastantes familias con varios hijos, ciudadanos extranjeros, transeúntes... ", pero también gente joven que está sin trabajo y necesita ayuda. Y mientras no haya empleo, la necesidad existe", advierten, mientras desgranan datos que avalan sus afirmaciones. Porque las carencias no son solo de comida, sino también de mantenimiento de servicios básicos como el pago de alquileres o el suministro de luz o gas a familias que no pueden hacerle frente. "Desgraciadamente, hay más casos de los que podría pensarse, y nuestros recursos son limitados", lamenta Fina Rial, que hace hincapié en varios casos de "pobreza energética". La solidaridad de particulares y empresas a través de donaciones, junto con el Banco de Alimentos y las actividades recaudatorias, como es el caso de los oficios religiosos, ayudan a paliar este grave problema social

En Moaña, Cáritas tiene tres agrupaciones. La de San Martiño atiende a unas 20 familias, la de Meira a 50 y la de Moaña centro, "Moaña Solidaria", a otro medio centenar. Son bastantes menos que el año pasado, que en este último caso eran más de cien, y sus responsables apuntan que se debe a que algunos miembros han encontrado trabajo o han superado los momentos más difíciles. La novedad es el Programa de Emerxencia Social pactado por el Concello con las tres agrupaciones de Cáritas por importe de 10.455 euros, en parte financiado por la Obra Social de La Caixa. Se reparten vales para las familias, de 30 euros por niño o niña, que pueden canjear por regalos o juguetes en el comercio local. Y otros de 50 euros por familia para canjear por alimentos, lo que beneficia a unas 120 familias.

En Bueu, Cáritas atiende a 76 familias, con un significativo descenso desde hace cuatro o cinco años, cuando alcanzó su punto álgido con unas 130 familias. Se apuntan cuatro causas: gente fallecida, que encontró trabajo, que decidió emigrar o cambiar de ciudad o país en busca demás oportunidades o que pasaron a percibir otras ayudas sociales, como el Risga. La inmigración se ha desplomado y solo queda gente asentada o arraigada.