El jefe de obra de Copasa, Diego Fos, explicó ayer el trabajo que tienen por delante durante los meses de cierre de parte del Corredor. Reconoce que sin tráfico "trabajamos más cómodos", pero de todas formas insiste en que lo ocurrido no estaba calculado. "Es un imponderable. Algunos taludes generaron más riesgo del que se preveía con los estudios geológicos".

Deja claro que el corte no tiene nada que ver con facilidades para las constructoras "sino por motivos de seguridad. Es lo esencial y las voladuras implicaban un riesgo. Ahora debemos realizar las explosiones hasta tener perfectamente asegurados los taludes".

Solo en el primer subtramo trabajan unos 50 operarios y se alcanzará la cifra de 80.