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"Debo tener unas 200 cartas de amor escritas por Staffan"

Josefa Otero "Chefa" es la mitad de "Namoreime en Ons" y de la mayoría de trabajos firmados por su marido, Staffan Mörling. Hace ya muchos años que se enamoró de un "extranjero" que llegó de casualidad a su hogar, la Illa de Ons. Una historia que recuerda con cariño.

-¿Qué le pareció Staffan cuando lo vio por primera vez?

-De primeras, él no se fijó en mí y a mí tampoco me impresionó. Pero en el día de Reyes bailamos juntos. Él era alto, rubio y guapo, y yo normal, como todas las gallegas (ríe). Dice que esa noche se enamoró de mis ojos, la verdad es que siempre tenía palabras bonitas para mí, aunque yo no me lo tomaba en serio. Y poco a poco...

-Por amor, no tuvo problema en vivir en Suecia.

-Cuando uno se casa... Yo nunca le he puesto dificultades a Steffan para irnos a su país. La verdad es que alguien que viene de Ons se adapta a donde sea.

-Mientras su marido escribía y se dedicaba a sus investigaciones, ¿usted qué hacía en su día a día?

-Soy diseñadora de moda. En la isla ya hacía de costurera incluso antes de tener el título. Cuando los niños ya estaban criados, construimos una casa en Suecia. Yo monté allí mi propio taller y di clases. Por suerte todo nos salió bien.

-También tuvieron que pasar temporadas separados.

-Sí, hubo meses en los que Staffan tenía que dar clases en Marín y yo estaba trabajando en el taller. Nos escribíamos cartas cada dos días, él siempre las empezaba con un poema de amor. Debo tener unas 200, así que se podría escribir otro libro con ellas.

-¿Le gusta que escriba sobre usted y sobre su historia o le da reparo?

-No me da reparo ninguno. La verdad tiene que verse y poder conocerse como si fuese un libro abierto. El amor existe y es muy bonito, es una pena hablar de que tantos matrimonios se separan. Siempre hay que tener un rato para dedicarle al otro.

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