Detrás de cada caso de afectados por las preferentes y subordinadas se esconde un drama que, muchas veces, está asociado a la crisis económica, a los problemas de salud y al desempleo. Manuel Rosales, de Moaña, lleva meses en la calle junto a su esposa y su caso es uno de los más llamativos del municipio. Estuvo "atrapado" por las preferentes y recuperó su dinero. Ahora, lucha con fuerza acompañado de su bastón y afrontando con fortaleza los problemas de la edad para buscar una solución. Entre la multitud también se encuentran casos de damnificados en paro que precisan su dinero para hacer frente a una situación difícil, como Matilde Pérez. "Recibí dinero de una expropiación y ahora me lo lleva el banco; soy ama de casa, mi marido está en paro y mi hija con trabajos precarios", explica.

La afectada Mercedes Chapela lamenta el día en que decidió "meter en confianza los ahorros para los estudios de mi hija de 21 años, Iria Fervenza, en preferentes. Pido al gobierno una solución y aseguro que seguiré en la calle hasta el final". Ahora, confiesa que depende de las becas para poder afrontar cada nuevo curso escolar. Tanto ella como el afectado Fernando Álvarez esperan que la llamada de Consumo llegue en los próximos días. "Estoy atrapado en subordinadas y no pierdo la esperanza, esperemos que pronto me llamen para el arbitraje", explica el moañés mientras sostiene con fuerza una pancarta en la que solicita soluciones a los políticos.

En la marcha muchos participantes compartieron sus casos. Algunos de ellos se escuchaban por primera vez en las calles de Cangas. Entre ellos el de Concepción Novoa, vecina de Ponteareas que acudió en representación de sus padres, con sus ahorros atrapados. "Mi padre está enfermo de alzhéimer, diagnosticado desde 2008. En abril del año siguiente le vendieron preferentes y subordinadas. Mi madre es discapacitada física y no los llamaron al arbitraje", desvela visiblemente enfadada. "Debo solicitar la tutela de mi padre, sino me dicen que no soy persona autorizada para tratar de recuperar sus ahorros". Se enteró de este problema en abril de 2012.

Desde O Baixo Miño llegaba Ramón López. "Estou afectado directamente e entereime o 26 de marzo cando recibín a carta coa quita", señala. Resopla por haber retirado una buena parte de sus ahorros hace años, antes de que no pudiese disponer de él.

Para la viguesa Eva Vázquez la noticia de que no podía retirar el dinero llegó en verano "y desde septiembre no me perdí una manifestación". Espera de la de Cangas que sirva para que "los representantes políticos se junten para ayudar a la gente. Creo que es positivo que fuesen alcaldes de partidos distintos".

Desde más cerca también llegan historias dramáticas como la del buenense Samuel Simes. Participa en las protestas pese a no estar en ninguna plataforma. "Necesitaba os cartos atrapados, porque teño dous fillos no paro".