Los siete expresidentes de la Asociación de Veciños de Tirán, fundada en 1992 y que se encuentra inactiva desde 2009, se han unido para rechazar la tala de las 6 hectáreas del monte de O Ramil que están ejecutando los propietarios de los terrenos, la promotora Dismareate, desde hace dos semanas. La compañía cuenta con el permiso municipal desde el 15 de julio, y desde Dismareate indican que tienen todas las autorizaciones y que solo actúan por la petición de los vecinos ante el riesgo de incendios que podría generar esa zona arbolada.

Muy distinto ven las cosas los que han sido representantes vecinales en la parroquia. Advierten de que se trata de una "tala indiscriminada" y lamentan la "xustificación deste atentado ecolóxico" por parte del alcalde, José Fervenza, que el sábado aludió a que el BNG quería "hormigonar" este monte. Los nacionalistas habían denunciado estos trabajos de deforestación y pidieron su cese ante el Concelllo y la Consellería de Medio Rural.

Los vecinos continúan viendo una "ameaza urbanística", a pesar de que la Lei do Solo de 2002 y las normas proteccionistas de la costa impiden que se urbanice ese monte. Ésta fue la intención inicial de Dismareate, pero finalmente la Xunta no autorizó el convenio urbanístico previsto.

Los firmantes –José Luis Rúa, Isabel Lorenzo, Claudia Ramos, Manuel Antonio Miranda, Manuel Caeiro, Francisco Ferreira y Henrique Gil– tildan de anacrónica la situación de este monte. Y es que se trata de una zona protegida en el marco del Plan Especial de Protección de la Costa de Tirán, pero los responsables de Dismareate la utilizan como "unha explotación forestal de eucaliptos". Recuerdan que en el año 2000 se taló todo el monte con finalidad urbanística y para vender la madera y ahora, 10 años después, se vuelve a acometer una "tala indiscriminada para facer caixa, á espera que co transcurso do tempo as tornas urbanísticas volvan a ser favorables".

En este sentido, los expresidentes han suscrito un artículo del año 2002, publicado en la revista del colectivo, O Pegho, en el que critican la especulación en este monte y señalan las reivindicaciones históricas de los habitantes de Tirán: Garantizar el libre disfrute de la costa y el acceso a la misma, coordinando acciones de regeneración y equipamiento de playas. También piden que se establezcan medidas de protección de las zonas colindantes a la costa y de las masas forestales que conforman el paisaje de Tirán.

En el artículo suscrito rechazan la recalificación de los terrenos que se pretendía realizar en 2002 y, entre otras cosas, se explicaba que los terrenos fueron comprados en 1998 por 88 millones de las antiguas pesetas y que la parcela próxima a la PO-551 se vendió a Lidl por 150 millones pesetas para que construyese el supermercado.