Cinco años de prisión por un homicidio en grado de tentativa. Esta es la pena que finalmente impondrá la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra a un marinero de Cangas de O Morrazo, Emilio M. P. tras reconocer que el 19 de junio de 2009 mantuvo una pelea con Manuel F. R. en el transcurso de la cual le asestó un total de siete navajazos.

Afortunadamente, ninguna de las heridas que le causó con el arma blanca alcanzaron el corazón ni otro órgano vital por lo que Manuel F. R. sobrevivió y ayer pudo compartir banquillo de los acusados con su agresor ya que el también figuraba como acusado por una falta de lesiones. Manuel F. R., alias "Lolo", también reconoció su participación en la pelea y aceptó una pena de 150 euros de multa.

Según los hechos que ambos reconocieron como ciertos, la pelea entre ambos se inició el 19 de junio de 2009 a las once de la noche cuando Emilio, de 40 años y conocido como "Patiño", se dirigió al bar Aruba de la calle Alfredo Saralegui de Cangas en donde se encontraba Manuel F. R., de 53 años de edad. Los dos hombres, que ya tuvieran enfrentamientos anteriormente, se enzarzaron en una nueva discusión en el exterior del bar, en donde llegaron a forcejear y donde Emilio amenazó a Manuel diciéndole: "Estás muerto chaval, te quedan dos telediarios", para posteriormente abandonar el lugar.

Pasados entre cinco y diez minutos, Emilio M. P. regresó al bar. Allí permanecía Manuel F. R. y ambos salieron de nuevo al exterior y continuaron la pelea en la que Manuel golpeó a Emilio en la nariz. Éste reaccionó sacando una navaja que clavó en el cuerpo de Manuel F. R. hasta en siete ocasiones. Si bien dirigía sus ataques hacia la zona del tórax de su oponente, dos de las acometidas impactaron en el brazo y codo de la víctima.

De inmediato, Emilio M. P. abandonó el lugar, siendo atendido Manuel por las personas que se encontraban presentes en el lugar. Las heridas que sufrió fueron de gravedad pero no alcanzaron el corazón. Esto, unido a la rápida asistencia que recibió, permitió que no estuviera en peligro de muerte inminente. Instantes después el supuesto agresor regresó al lugar de los hechos en donde fue detenido por los agentes de la Guardia Civil.

El fiscal solicitaba inicialmente una pena de siete años de prisión para Emilio M. P., pero ante la confesión de los hechos por parte del acusado y aplicando la atenuante de embriaguez –ya que esa noche había bebido–, rebajó finalmente la petición de pena a los cinco años que aceptó el procesado. Ambos habían renunciado a las acciones civiles y penales que les correspondían y el principal acusado ya había depositado con anterioridad en el juzgado un total de 15.000 euros a disposición de Manuel F. R. por los daños causados.