El buen tiempo de estos días anima a turistas y morracences a apuntarse a las visitas guiadas que organiza la Asociación de Mexilloeiros contribuyendo con sus barcos y su experiencia a enseñar a los visitantes el proceso de producción de los mejillones. La actividad está enmarcada dentro de la programación de la Semana do Mar que se celebra estos días en Moaña.

El primer grupo del día se cita a las once y media de la mañana en el puerto de pasaje y el barco que realizó la travesía, ayer, el bateeiro "Rivas Mar", hacía su entrada en el puerto para recoger a los pasajeros. Los niños eran mayoría e iban acompañados por sus padres y madres. La seguridad es lo primero. Antes de embarcar cada uno de los visitantes ya contaba con su chaleco salvavidas. Una vez a bordo y avisadas las autoridades marítimas de la salida, la embarcación inició la ruta.

Normalmente, la guía, Fina Valladares, comenzaría a explicar la importancia del molusco en la economía local. Sin embargo, al tratarse de un grupo de niños, ayer se adaptó el discurso para hacer más divertida la visita. Sus padres, además de estar pendientes de lo que hacían los pequeños, tuvieron ocasión de preguntar a la guía sobre las cuestiones que creyeron pertinentes.

Rumbo a las bateas se va describiendo el paisaje a los visitantes. Las islas Cíes enmarcan el final de la ría al fondo de las estructuras donde se crían los mejillones. Además de divisarlas, los turistas comprenden la importancia del paraje como Parque Natural. La ría de Vigo, las batallas que acogió y su historia a rasgos generales tiene su parte de protagonismo en la narración de la guía hasta la llegada a las bateas.

Una vez en en las plataformas de madera, tomó la palabra uno de los miembros de la asociación de mejilloneros, Rosendo Queimaño, para explicar las cuatro fases de producción del mejillón: La obtención de la semilla, el encordado, el desdoble y la recogida. La explicación la hacía al pie de una batea donde se encontraba otro bateeiro trabajando.

Entre Rosendo Queimaño y la guía, Fina Valladares, resolvieron las dudas que planteaba el grupo. Entre los datos que más sorprendieron a los pequeños destaca la longitud de 12 metros de las cuerdas sobre las que engordan los mejillones o los siete litros de agua diarios que filtran los bivalvos. También llamó la atención de las criaturas la diferencia de color que distingue a machos y hembras. Mientras ellas son más anaranjadas, ellos tienen un color crema.

Vista la fase de recogida, se muestra a los visitantes una cuerda de la que cuelgan las crías del mejillón que serán llevadas para encordar, desdoblar y después de 12 meses recoger y servir al plato. Es ésta la siguiente parte de la visita. Consiste en una degustación del molusco a bordo del barco. Cocinados de la manera más popular: al vapor. Los visitantes aprecian el fruto del trabajo que los marineros acaban de mostrarles.

Tras, más o menos, una hora de ruta marítima, el "Rivas Mar" suelta cabos y marca el regreso al puerto de Moaña. Los visitantes, con buen sabor de boca, todavía tienen un rato más para volver a disfrutar de las bellas vistas de la ría de Vigo desde la embarcación.