Un joven de Cangas, Bernardo Cabaleiro Neira, de 28 años de edad, falleció ayer en el acto y otros dos cangueses resultaron heridos, en un accidente de circulación, a las 08.00 horas, cuando el coche en el que viajaban se salió de la carretera en la parroquia de Cela, en Bueu, y chocó contra una casa de piedra. El inmueble está ocupado en la planta baja por el Bar O Carballo, que aún no había abierto, y una vivienda en la superior, cuyo inquilino ya había salido. El fallecido ocupaba el asiento del copiloto. El vehículo, un todoterreno Renault Scenic, matrícula 8626 BRR, iba conducido por José Miguel A.L., de 35 años, natural de Bueu aunque vecino de Cangas, que resultó herido grave. El tercer ocupante, que viajaba en el asiento trasero, es David R.M., de Darbo (Cangas), que sufrió heridas leves. Éste último salió por su propio pié del vehículo, mientras que tanto el conductor como el copiloto tuvieron que se excarcelados.

Ambos heridos fueron trasladados en ambulancia al Hospital Montecelo de Pontevedra. El primero, según el único parte médico que ofreció el centro, ingresó en estado grave con politraumatismos y traumatismo craneoencefálico; mientras que el segundo, con contusiones leves y la previsión era darle el alta.

El accidente se produjo en la carretera PO-551, que une Marín y Bueu, en el lugar de Castrelo, cerca de la playa de Lapamán y de la entrada a la villa de Bueu. Las víctimas circulaban en dirección a esta localidad cuando el coche, se supone que por exceso de velocidad -según la Policía iría entre 80 y 120 km/h- se salió de la calzada por el lado derecho, en un tramo curvo muy suave. Se llevó por delante un pivote de piedra y unas horquillas de hierro de protección sujetas al suelo y acabó empotrado en la esquina de la casa de piedra. El Renault Scenic se quedó convertido en un amasijo de hierros, sobre todo en la parte del copiloto. La central de Emergencias del 112 movilizó a Policía Local, 061, Bomberos, Grumir de Bueu y Guardia Civil.

La casa tuvo que ser apuntalada ya que el impacto movió parte de las piedras de la pared y se temía que al retirar el coche, empotrado, se pudiera venir abajo. Finalmente no hizo falta tomar más medidas. El bar abrió aunque mantiene cerrada la parte de juegos y el inquilino de la vivienda, que había salido de la casa a las 7 de la mañana, según vecinos, pudo volver a ella. Hasta el lugar se desplazó el alcalde de Bueu, Félix Juncal.