Dos años después de que el Concello de Cangas adjudicase a la empresa Vialpark la construcción y explotación, frente al cementerio de la calle San Xosé, del que debe ser el segundo aparcamiento subterráneo del municipio, los trabajos aún no se han iniciado. Las discrepancias entre la promotora y algunos vecinos y comerciantes por las características del proyecto -que aún no se han solucionado en su totalidad, a pesar de las reuniones entre las partes- es el motivo argumentado para la demora, según el concejal de Urbanismo, Mariano Abalo. El gobierno local considera que las negociaciones ya no tienen más recorrido, e insta a la empresa a presentar el proyecto de ejecución e iniciar las obras.

La infraestructura ocupará una amplia parcela entre la calle San Xosé y la Avenida de Lugo, en la unidad de actuación número 28 desarrollada por la empresa Vialmar Galicia -firma en la que se engloba la adjudicataria-, que incluye varios edificios ya prácticamente rematados. El presupuesto de la actuación ronda los 3,5 millones de euros, y la construcción del aparcamiento subterráneo se justificó en la necesidad de dotar de plazas a uno de los barrios de Cangas que está experimentando un mayor crecimiento poblacional y de servicios, lo que repercutiría también en una mayor rentabilidad para los adjudicatarios. Sobre esta base, la adjudicación municipal se realizó en setiembre de 2006 a Vialpark, única empresa que presentó una propuesta, y que disponía de diez meses para su construcción y puesta en servicio del aparcamiento subterráneo.

El proyecto aprobado contempla la dotación de 206 plazas de aparcamiento distribuidas en tres sótanos, con una superficie de 2.076 metros cuadrados cada uno de ellos para completar 6.228 construidos. Las dos primeras plantas albergarán 68 vehículos cada una, y la tercera, 70. Del total, 118 estarán destinadas a rotación horaria, y 76 a cesión temporal en alquiler. Además, habrá seis plazas destinadas a personas con discapacidad, y seis más para uso exclusivo del concello. La concesión se otorgó por un período de 40 años, y Vialpark debe pagar un canon anual de seis euros por plaza, lo que representa 1.200 euros en cada ejercicio.

Aunque la propuesta empresarial se aprobó sin alegaciones, enseguida surgieron quejas de vecinos y comerciantes que se sentían perjudicados y pidieron modificaciones en el proyecto, como el retranqueo de la entrada para poner en valor los locales comerciales o instalación de contenedores subterráneos. También se propuso convocar un concurso de ideas para urbanizar la plaza pública en superficie y la dotación de un parque infantil, entre otras mejoras. Algunas han sido aceptadas, pero no las que más merman la rentabilidad de la empresa y provocan que, dos años después, el parking siga siendo un proyecto.