El sector del mar gallego se reunió ayer en Vilagarcía. Lo hizo movido por el miedo que empieza a atenazarlo ante el Reglamento de la Ley de Costas que diseña el Gobierno de España. Un articulado que "nos aboca a la desaparición y puede suponer la ruina para la Galicia costera", proclaman.
Fue un encuentro espontáneo en el que se tomó la decisión de iniciar un movimiento de presión para tratar de frenar el nuevo articulado, aunque por ahora se limitará a la organización de asambleas y reuniones en cada puerto, cada asociación de productores, cada cofradía y en las patronales, en todos los casos con el propósito de cimentar una base sólida a partir de la que articular una posición que represente a toda Galicia.
Inseguridad jurídica
Lo que parece claro ya es que todos se opondrán al nuevo articulado, sobre todo, "por la inseguridad jurídica que genera" y por limitar las concesiones de las empresas.
"Antes se hablaba de un máximo de 75 años, con las prórrogas incluidas, pero ahora ya se plantean concesiones con un tope de 30, de 15 o de solo 3 años de actividad", dependiendo siempre de una serie de condicionantes que "en muchos casos son ambiguos y subjetivos" y del tipo de negocio de que se trate.
"Y con esos márgenes no podemos invertir para instalar nuevas industrias, no podemos arriesgarnos a ampliar o modernizar las actuales, no recibiremos créditos en los bancos y, en definitiva, no tendremos futuro", explicaron los asistentes tras el encuentro mantenido en el edificio Mexillón de Galicia.
La patronal conservera (Anfaco), la de depuración (Agade), los cocederos, cofradías de pecadores, asesores mercantiles, los parquistas de Carril y bateeiros participantes en el encuentro expresaron así su "enorme preocupación" por un articulado que "fue elaborado de espaldas a la realidad social y económica de Galicia a manos de cuatro organizaciones ecologistas, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y el Gobierno de España".
El que rechazan es, insisten, "un reglamento lesivo para nuestros intereses que lo es más si cabe cada día que pasa; una norma sin pies ni cabeza que afectará a toda Galicia de manera brutal, pasando completamente por alto la histórica vinculación de esta comunidad con el mar, su actividad productiva y su industria".
