Elecciones EEUU 2024

Ron DeSantis abandona las primarias republicanas y apoya a Trump

Con su retirada, dos días antes de Nuevo Hampshire, el duelo interno queda entre el expresidente y Nikki Haley, su antigua embajadora ante la ONU

DeSantis retira su candidatura y anuncia su apoyo a Donald Trump

Video: Agencia Atlas / Foto: EFE

Idoya Noain

La lucha republicana por lograr la nominación presidencial para noviembre es ya solo cosa de dos: Donald Trump y Nikki Haley. El gobernador de Forida, Ron DeSantis, ha anunciado este domingo que tira la toalla y suspende su candidatura y ha dado su respaldo al expresidente.

Lo ha hecho seis días después de quedar segundo en Iowa, a 30 puntos de distancia de Trump, y un par de días antes de que vote Nuevo Hampshire, un estado aún menos favorable a su propuesta política. En las encuestas andaba por debajo del 6% y había decidido ni siquiera hacer campaña allí, apostando por futuras citas que para él, al menos en 2024, nunca llegarán.

DeSantis ha hecho oficial su anuncio, tras unas horas de especulaciones, en un vídeo de cuatro minutos y medio colgado en X, el antiguo Twitter, en cuyos “spaces” lanzó de forma desastrosa su candidatura en mayo del año pasado. En su mensaje este domingo, grabado ya desde Tallahasee, la capital de Florida, ha asumido “no tener camino claro hacia la victoria”. Y ha dado su apoyo a Trump, el hombre que lleva meses insultándole, descalificándole con apodos como “DeSanturrón" y tildándole de desleal.

“Tengo claro que una mayoría de votantes republicanos de primarias quieren dar a Trump otra oportunidad”, ha dicho el ya excandidato, que ha acusado a los demócratas de usar “lawfare” contra un expresidente que ve preferible a “la vieja guardia republicana de antaño”, un dardo hacia Haley, que ha asegurado que representa “una forma reempaquetada de corporativismo recalentado”.

Su mensaje lo ha acompañado en X de una cita, que también menciona en el vídeo, que ha atribuido a Winston Churchill ("el éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal, es el valor de continuar lo que cuenta"). Pero tanto un historiador especializado en el famoso primer ministro británico como un investigador de la International Churchill Society han desestimado que la cita se le pueda atribuir..

Reacciones de Trump y Haley

Trump ha reaccionado declarándose en un comunicado “honrado” de tener el apoyo de DeSantis, aprovechando también para atacar a su antigua embajadora ante Naciones Unidas, a la que ha tildado de “candidata de las globalistas y demócratas que harán todo lo posible para frenar al movimiento América primero”.

Haley, por su parte, ha recibido la noticia asegurando en un acto en Nuevo Hampshire que DeSantis ha librado “una buena carrera”. También ha dicho, como luego en un comunicado, que “ha sido un buen gobernador”. “No somos un país de coronaciones”, ha declarado también la exgobernadora de Carolina del Sur. “Los votantes merecen poder decidir si seguimos por el camino de Trump y (Joe) Biden otra vez o si tomamos una nueva vía conservadora”.

Ascenso meteórico, caída vertiginosa

La retirada de DeSantis ha puesto fin a una carrera presidencial que ha vivido un ascenso tan meteórico como vertiginosa ha sido la caída, aunque hacerla de forma tan temprana puede ser un intento del político de 45 años y de quienes le apoyan de guardar capital político para volver a intentar una candidatura en 2028. Trump, si ganara en noviembre a Biden, solo podría tener un mandato tras haber estado ya cuatro años en el Despacho Oval.

Durante meses, y especialmente después de su contundente reelección en noviembre de 2022 como gobernador de Florida, DeSantis se vio como una alternativa a Trump y atrajo a importantes donantes, que quisieron verle como el futuro del Partido Republicano.

Su propuesta para estas elecciones era una agenda si cabe más ultraconservadora que la del expresidente pero no sus problemas de disciplina ni legales (aunque Trump ha conseguido convertirlos hábilmente en activo electoral). Vendía también su acción ejecutiva en Florida.

Allí rompió pronto en la pandemia con las políticas de confinamiento, cierres de escuelas y mandatos, vendiendo Florida como un estado de “libertad”, al estilo de Isabel Ayuso en Madrid. Ha combatido contra la inmigración, fletando buses y hasta aviones de inmigrantes a localidades gobernadas por los demócratas, y ha librado guerras culturales contra todo lo que se denomina “woke” en temas de raza, género e identidad. Eso ha incluido vetos de libros, defensa a ultranza de los llamados “derechos parentales” y una batalla con corporaciones, especialmente sonada en el caso de Disney por criticar su ley conocida como ‘No digas gay’.

El gran problema que ha encontrado en estas primarias es que sus votantes naturales eran los mismos que los de Trump y muchos se planteaban por qué votar a un candidato con propuestas políticas muy similares al expresidente cuando este se presenta en la misma carrera. El gobernador había ganado en el tema del aborto a algunos cristianos ultrortodoxos, que creen que la postura de Trump en contra no es lo suficiente firme y no ha dicho que apoyaría un veto total federal o uno de seis semanas como el que de DeSantis firmó en Florida. También había ganado votantes entre quienes cuestionan al expresidente por cómo respondió al coronavirus y por no haber despedido al doctor Anthony Fauci. Pero ha caído aplastado por la evidencia del abrumador apoyo que mantiene Trump.

DeSantis ha acumulado además otros retos y ha tenido profundos errores en su campaña. Aunque su esposa Casey era un activo en los actos políticos y ha sido su principal asesora mediática, él tiene dificultades en las distancias cortas y unas formas robóticas.

Además, recientemente reconoció que se equivocó al eludir durante meses a la prensa generalista, limitándose a medios conservadores, algunos de los cuales lo recibieron de brazos abiertos, como FoxNews, pero no tardaron en volver a cerrar filas alrededor de Trump.

Además, los choques entre su campaña y la que llevaba el principal supercomité de acción política que le apoyaba han sido sonados, con informaciones de reuniones en las que casi se llega a los puños. Todo han sido turbulencias, cambios de liderazgo y en los equipos que han ahuyentado a los donantes. Y la sangría de efectivo ya había empezado a dejar sus arcas vacías.