El candidato presidencial de la derecha francesa, el ex primer ministro François Fillon, está viendo caer su apoyo en las encuestas a raíz del escándalo sobre los supuestos contratos ficticios a su mujer, que le habrían reportado unos 500.000 euros. Fillon contrató a su esposa como ayudante cuando era diputado, pero ella nunca habría trabajado como tal. El jueves por la noche, Fillon, que lo ha negado todo, explicó que las contrataciones eran legales y que también contrató como ayudantes a sus dos hijos. El ex primer ministro anunció que no piensa renunciar a sus aspiraciones presidenciales, salvo que sea imputado. Una encuesta publicada ayer eleva al 61% el porcentaje de los consultados que le ven con malos ojos, cuando en noviembre rebasaba el 45%.