Tras toda una vida dedicada al socialismo y a la lucha por la democracia, Mário Soares, fallecido ayer a los 92 años, deja tras de sí un legado que le convierte en una de las personalidades políticas más populares de Portugal.

Tres veces primer ministro y dos veces presidente de Portugal, Soares es admirado por figuras de todo el espectro político luso y consiguió alcanzar un éxito durante su extensa carrera que fue envidiado incluso por los adversarios que se cruzaron en su camino.

Aunque llegó a estar afiliado al Partido Comunista Portugués, abandonó esta formación en 1951 y se convirtió en una de las figuras clave de la oposición a la dictadura de António de Oliveira Salazar (1926-1974) durante las últimas décadas del régimen. De hecho estuvo tres años en prisión y finalmente consiguió que le concedieran el exilio y se trasladó a Francia.

En 1973, en la clandestinidad, dejó grabado su nombre en la historia al fundar el Partido Socialista (PS) y convertirse en el primer secretario general de la formación, cargo que desempeñó hasta 1986.

Soares, jurista de profesión, no volvió a Portugal hasta después de la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974, ya como líder socialista, lo que le llevó a encumbrarse como una de las principales figuras de la transición a la democracia.Tras formar parte del Gobierno provisional y de la Asamblea encargada de elaborar la Constitución, venció las primeras legislativas del país en 1976 y fue nombrado primer ministro.

En 1978, tras unas nuevas elecciones, reeditó su victoria y encabezó una nueva legislatura, pero ese mismo año dejó el cargo después de que el Parlamento le retirase el apoyo en medio de una crisis económica.

Soares volvió a encabezar el Gobierno en 1983, cuando se convirtió en el primer y hasta el momento único primer ministro del país en liderar un Ejecutivo de coalición entre el PS y el conservador Partido Social Demócrata (PSD), las dos formaciones que acostumbran a turnarse en el poder. Tras abandonar el Gobierno, el socialista se impuso al conservador Diogo Freitas do Amaral en 1986.Cinco años más tarde fue reelegido con una aplastante victoria electoral y mayoría absoluta en todo el país.

Tras una década en la Presidencia, el periodo máximo que contempla la Carta Magna lusa, Soares se retiró de la política activa durante un tiempo, aunque no tardó en regresar. Fue eurodiputado entre 1999 y 2004.

Ya en España todo han sido elogios entre los que no faltaron los del PSOE, el Rey o Felipe González, que presidió el Gobierno español durante los diez años que el fallecido ostentó la Jefatura del Estado El Rey expresó "su profundo malestar" por su muerte. Rajoy le calificó de "gran europeísta y hombre decisivo en la democracia lusa" y González resaltó que fue un "luchador por la democracia."

Soares mantuvo una estrecha relación con Galicia y en especial con Vigo. Se entrevistó en 1990 con el alcalde Manoel Soto en Oporto,. Estuvo en Vigo en 1991 cuando visitó el Centro Portugués. Fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Santiago e impulsó la cooperación entre Galicia y el Norte de Portugal con encuentros económicos y literarios.