A las 08:40h de esta mañana (hora española) la Fox concedía el estado de Pensilvania a los Republicanos y medios internacionales daban la presidencia de los Estados Unidos a Donald Trump. Diez minutos después era el propio magnate quien comparecía ante la prensa y sus seguidores ya como presidente electo y confirmó que la candidata demócrata, Hillary Clinton, había llamado para reconocer su victoria.

Eso pasaba al otro lado del océano. Aquí, en Ourense, Robert B. Hernández, doctor en Psicología Clínica por la Albizu University de Miami, seguía desde las 02:30h la noche electoral de su país. Este estadounidense de ascendencia cubana, cuyas raíces llegan hasta Galicia y con residencia española, no se anda por las ramas. "Es una pesadilla", así ha calificado la victoria de Trump.

La primera conclusión que saca Hernández es la "desconexión entre lo que se preveía y lo que finalmente ha sucedido, como ocurrió en Europa con el Brexit".

Ofrece una radiografía, desde su punto de vista, de la sociedad estadounidense. "Los americanos aspiran a tener más y más, es la cuna del capitalismo. Rechazan pagar impuestos y prefieren una supuesta seguridad por encima de otras cuestiones". Además, "el hombre blanco teme que las consideradas minorías terminen superándole en número". Reprocha que Trump haya sido "el primer presidente o figura pública que ha hablado abiertamente de una manera tan racista".

Y las consecuencias no se han hecho esperar. La bolsa ha caído, los mercados asiáticos también se han resentido al igual que en México, "señales inequívocas de la inestabilidad que están generando los resultados electorales".

Pero ¿por qué se ha cumplido lo menos esperado? Hernández opina que en el caso de Clinton se ha puesto el foco en "cosas técnicas" que han jugado en su contra. Como ejemplo, menciona el caso de los correos o los muertos en embajadas americanas alrededor el mundo. "Con Bush fueron cerca de 600 los fallecidos, con Hillary Clinton, ocho, pero se la acusó de no estar a la altura", explica. También reprocha la acciones del FBI que "actuó como jamás se hizo, metiéndose dos semanas antes en cuestiones que resultaron ser falsas" pero que sembraron la duda en una sociedad especialmente permeable a lo que reproducen los medios de comunicación.

También se lamenta por el retroceso que va a suponer el nuevo gobierno con respecto a lo hecho por Obama en materia de inmigración o sanidad.

Sorprendido y en shock tras los resultados que convierten en presidente a un hombre que "ha criticado, insultado y dividido", Hernández concluye preguntándose cómo "el millonario Trump" va a compaginar su particular estilo de vida con el que requiere la presidencia ya que, por su carácter "él solo quería ganar" pero no necesariamente gobernar.