El republicano Donald Trump ganó contra todo pronóstico la Presidencia de Estados Unidos, una victoria que celebró con un discurso de mano tendida a los estadounidenses y al mundo pero que no evitó fuertes caídas de los mercados.

Trump, un magnate inmobiliario ajeno a la política hasta hace poco más de un año, consiguió superar los 270 votos electorales necesarios para llegar a la Casa Blanca y tirar por tierra el sueño de la demócrata Hillary Clinton de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos.

El polémico empresario logró su victoria al imponerse en la mayoría de los estados clave, en ciertos casos en contra de todas las previsiones, como Ohio, Florida, Carolina del Norte, Iowa o Pensilvania.

Desde que George Bush (padre) lo hizo en 1988, ningún candidato presidencial republicano había logrado una victoria en Pensilvania, parte del cinturón siderúrgico y minero del este de EEUU y que Trump supo encandilar con promesas de vuelta al pasado de prosperidad que disfrutó hace décadas.

Consulta los resultados por estados.

Hillary Clinton, quien llamó a su oponente para felicitarle por su victoria y comparece en estos momentos ante sus seguidores, perdió además en otros estados que debía haber ganado, como Michigan y Wisconsin, que en teoría eran feudos demócratas.

Pese a perder la presidencia, Clinton superó a Trump en número de votos, con sus más de 59,18 millones de sufragios, por encima de los 59,04 millones del republicano. Normalmente, el ganador de la mayoría de los 538 compromisarios del Colegio Electoral suele tener una mayoría del voto popular, aunque hay excepciones, como ocurrió en 2000 cuando el republicano George W. Bush se hizo con la Presidencia pese a tener 500.000 votos menos que Al Gore.

Los republicanos se apuntaron otra gran victoria en las elecciones legislativas celebradas también el martes, al conservar el control de ambas cámaras del Congreso de EEUU, lo que permitirá a Trump un cómodo mandato en la Casa Blanca.

Al hablar por primera vez como vencedor en un céntrico hotel de Nueva York, el presidente electo adoptó un tono más presidencial y abogó por cerrar "las heridas de la división", al tiempo que prometió buenas relaciones con otros países.

Lejos de su discurso nacionalista, proteccionista, xenófobo y populista de la campaña, Trump dijo que será un "presidente para todos los estadounidenses" y tendió la mano a sus detractores. "Les pido su orientación y su ayuda para que podamos trabajar juntos y unificar nuestro gran país", les dijo.

En su discurso tras la victoria, Trump prometió que será un "presidente para todos los estadounidenses" al anunciar su victoria en los comicios presidenciales. "A todos los republicanos, demócratas e independientes en esta nación les digo que es momento de que nos reconciliemos como un pueblo unido", señaló.

También tuvo palabras de agradecimiento para Clinton, a la que felicitó por su duro trabajo durante la campaña y a lo largo de su carrera.

"Hillary ha trabajado mucho tiempo y muy duro (...) y le debemos una gran gratitud por su servicio a nuestro país", señaló.

La victoria de Donald Trump, que logró cortejar el voto de la clase media, obrera y rural estadounidense y aunar la frustración de ese sector contra los políticos tradicionales de Washington, que encarnaba en su rival, causó un vendaval en los mercados.

La victoria de Trump estuvo aupada por el creciente grupo de los descontentos con la política tradicional, que no consiguió frenar el voto latino y la movilización de la población hispana, como esperaban los analistas.

John A. García, profesor del Instituto de Investigación Social y Centro de Estudios Políticos de la Universidad de Michigan, resumió a Efe su impresión sobre el resultado de la votación: "Una elección como ninguna otra".

Explicó que los ataques de Trump "ayudaron a movilizar a los latinos a registrarse y votar en niveles más altos que en anteriores elecciones presidenciales", y destacó su influencia para que Clinton ganara los estados de Colorado, Nuevo México y Nevada.

No obstante, el experto dijo que con la victoria de Trump se abre un escenario para los hispanos en el que está por ver si "los peores miedos y preocupaciones acerca del clima antiinmigrante y antilatino darán como resultado políticas que minen el progreso de los latinos para (tener) una vida mejor en Estados Unidos".

Donald Trump recibió la felicitación masiva de la comunidad internacional, que expresó sus deseos de mantener las buenas relaciones con la primera potencial mundial, después de que el republicano advirtiese durante la campaña su deseo de replantearse algunos aspectos de la política exterior estadounidense.

Especialmente satisfecho con la victoria de Trump se mostró el presidente ruso, Vladímir Putin, quien se mostró esperanzado con "poder trabajar conjuntamente para sacar las relaciones ruso-estadounidenses del estado de crisis, así como para resolver problemas de actualidad de la agenda internacional y buscar respuestas a los retos de la seguridad global".

Su felicidad, compartida por los líderes de la ultraderecha de todos los continentes, contrastó con la incertidumbre que la victoria republicana provocó en otras capitales del mundo.

"El mundo se torna un poco más incierto y difícil", dijo el ministro chileno de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, para quien la victoria de Trump abre "una gran interrogante" porque "ha cuestionado las políticas de inmigración, las políticas comerciales, los tratados de libre comercio".

Trump, una campaña sin apoyos

A diferencia de Clinton, que contó en todo momento con el apoyo de Obama y de las demás figuras del gobierno y del Partido Demócrata, el magnate inmobiliario Donald Trump cargó con todo el peso de su propia campaña, tras haber mantenido desavenencias con el aparato del Partido Republicano, y apenas contó con el respaldo de su familia y de algún que otro político.

Si hace dos semanas las encuestas daban una clara ventaja a Clinton y nadie apostaba por una victoria del magnate inmobiliario, la ventaja que tenía la ex secretaria de Estado fue cediendo y durante el escrutinio de los votos los demócratas vieron cómo fueron desmoronándose sus aspiraciones de que llegase a la Casa Blanca.

Trump: "Iniciamos la urgente tarea de reconstruir este país"

Trump: "Iniciamos la urgente tarea de reconstruir este país"

La remontada de Trump en las encuestas se produjo después de que, once días antes de las elecciones, el director de la Oficina Federal de Investigación (FBI), James Comey, anunciase la reapertura del caso contra Clinton por el empleo de un servidor privado para sus correos electrónicos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013).

Y todo para anunciar el pasado domingo, dos días antes de las elecciones, su decisión de no procesar a la candidata demócrata, por no haber encontrado nada punible en los nuevos correos electrónicos que había encontrado en la computadora de una asesora de Clinton.

Pero el daño ya estaba hecho, según destacaron entonces los analistas, ya que el anuncio de Comey, quien es republicano, dio más de una semana de munición a Trump para atacar a su rival.

El polémico magnate centró su campaña en presentar a Clinton, a la que continuamente llamaba la "deshonesta Hillary", como alguien indigno de la confianza necesaria para ocupar la máxima magistratura del país y a quien nunca se debió permitir presentarse a la Presidencia debido a los escándalos de los correos electrónicos.

Y aprovechó la corta pero oportuna reapertura del caso del FBI contra Clinton para arreciar en sus ataques contra ella y reforzar su imagen de persona no de fiar.

Candidatos impopulares

Se da la circunstancia de que, tanto Clinton como Trump, son los dos candidatos presidenciales más impopulares de la historia moderna de los Estados Unidos, con una opinión negativa del alrededor del 60 % de los estadounidenses, según encuestas recientes.

Trump se hace con Florida y desata el júbilo entre sus seguidores

Trump se hace con Florida y desata el júbilo entre sus seguidores

Pese a ello, el magnate de los hoteles y casinos encontró y alimentó su nicho de votantes entre los desempleados, los obreros, los veteranos y, sobre todo, el creciente grupo de los descontentos con la politiquería de Washington, uno de los temas proverbiales del discurso de la antigua estrella de la televisión.

Ese discurso, y sus continuas salidas de tono, fueron aislándolo de la cúpula republicana, que no podía ocultar su repugnancia por las polémicas constantes que protagonizaba su candidato y temía que ello pudiera perjudicar a sus otros candidatos en las elecciones.

Ya desde que anunció sus aspiraciones presidenciales el 16 de junio de 2016, cuando nadie parecía tomarle en serio, el expresentador del programa 'The Aprentice' calificó a los mexicanos de violadores y narcotraficantes, propuso prohibir la entrada de musulmanes en EEUU y prometió la expulsión del país de los once millones de inmigrantes indocumentados.

42

La jornada electoral en Estados Unidos

Insultos y demagogia

Pero cuando sus correligionarios conservadores parecieron salir en espantada fue en la última etapa de la campaña, a raíz de las denuncias de mujeres que acusaron a Trump de haberlas manoseado sin su consentimiento.

Su peculiar modo de meter en campaña los temas de la droga, la delincuencia, el terrorismo y la falta de empleo bien remunerado conectó con legiones de votantes de la clase blanca trabajadora, azotados por la crisis económica y enfadados con los políticos tradicionales.

Sin embargo, ese estilo, salpicado de insultos y demagogia, fue lo que lo alejó de los líderes de su partido, quienes ahora no tendrán más remedio que tomar la iniciativa para reconciliarse con el magnate. En su primer 'tuit' tras la victoria, Trump ha prometido trabajar por los "olvidados", en alusión a las personas que no notan la recuperación de la economía española.