Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y China, Hu Jintao, lamentaron ayer la muerte del mandatario venezolano, Hugo Chávez, al que calificaron de "gran amigo" de sus países, además de un "extraordinario líder", en palabras del jefe del Kremlin.

"Era un hombre extraordinario, fuerte, que miraba hacia el futuro y que siempre se fijó las más altas metas", destacó Putin. Y el primer ministro, Dmitri Medvedev, expresó su pesar por la desaparición del "comandante Chávez, eminente político y estadista, y un gran amigo de Rusia".

Hu Jintao, por su parte, destacó la dedicación de Chávez "al desarrollo nacional y el progreso social" y su promoción de una alianza "estratégica" entre China y Venezuela que contribuyó a "cimentar la amistad".

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció su apoyo al pueblo venezolano tras la muerte de su caudillo y llamó a que ambos países desarrollen una "relación constructiva", no obstante lo cual dejó claro que EE UU "sigue comprometido con políticas que promuevan los principios democráticos, el Estado de derecho y el respeto a los derechos humanos".

Ya en el campo de los aliados incondicionales de Chávez, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, consideró al fallecido "símbolo y orgullo de todos los luchadores y revolucionarios de América Latina". En la misma línea, se expresaron la milicia chií libanesa Hezbol y el presidente bielorrusoestadistas" de nuestro tiempo. Cuba recibió con "hondo y lacerante dolor" la muerte de un político "también cubano".

Desde Roma, el oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe y asistente espiritual de la Embajada de Venezuela ante la Santa Sede, monseñor Gerard Cardieres, dijo que Chávez acercó la riqueza a los pobres, aunque no valoró si lo hizo bien.

En España, el presidente Rajoy aseguró que con la muerte de Chávez "desaparece una de las figuras más influyentes de la historia contemporánea de Venezuela".