Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

PERFIL

El portero al que dejaron más solo

El meta del Leicester City obró un nuevo milagro, pero sus compañeros no estuvieron a la altura y se vio apeado de la Copa del Mundo ante Croacia

Kasper Schmeichel, portero de Dinamarca // Reuters

La profesión de portero de fútbol es la da aquellos que soportan la soledad y las esperas. La de aquellos que aspiran a salvar a su equipo sin llevarse las fotos y que solo se convierten en héroes cuando se lucen en una tanda de penaltis de vez en cuando. Sin embargo, el caso de Kasper Schmeichel sublima esta definición. Con Dinamarca no es que estuviese solo salvando a los suyos en un encuentro que a los cinco minutos dejó de tener ambición por atacar, sino que aun por encima, su brillantísima actuación no fue suficiente para ganar y Schmeichel se va para casa con la sensación de haber hecho un auténtico partidazo. La prórroga tocaba a su fin cuando el árbitro señaló un clarísimo penalti a favor de Croacia. Luka Modric se dirigió al punto de penalti para ser el hombre que iba a clasificar a su país para cuartos de final, pero Kasper Schmeichel detuvo brillantemente el lanzamiento del centrocampista del Real Madrid. Además agarró el esférico, sin dar opción a un rechace. Schmeichel es un auténtico parapenaltis, y lo saben bien en la Premier League. El primero de los que detuvo este domingo por la noche pudo ser clave.

Llegó después la tanda de penaltis y Schmeichel consiguió detener dos, igualando en ambas ocasiones una tanda en la que Subasic también se lució ante los lanzadores daneses. Al final Subasic paró uno más y el portero del Leicester no pudo más que asumir una derrota injusta para su persona. El momento de la eliminatoria, y lo que encogió el corazón a los aficionados en una mezcla de nostalgia y sensación de vértigo por el paso del tiempo, fue ver como el padre del meta danés, el mito de las porterías Peter Schmeichel, sufría y celebraba cada parada de su hijo. El que llevó a Dinamarca a ganar la Euro de 1992 y defendió como una estrella la portería del Manchester United durante años celebraba las paradas como un padre novato en esto de entender cómo funciona el fútbol

Podemos decir que Kasper Schmeichel es el hombre de los milagros y a punto estuvo de hacer otro si sus compañeros estuviesen más acertados a la hora de tirar sus penaltis. Si su padre hizo campeona de Europa a una Dinamarca que ni siquiera estaba clasificada para la Euro de 1992 y pasó de las vacaciones a levantar la copa, el descendiente es el meta del Leicester City que levantó la Premier League de la temporada 2015/16 en la que seguramente fue la sorpresa más grande en la historia del balompié.

Siempre comparado con su padre, en esta Copa del Mundo de Rusia se enfadó con los periodistas de su país por recordarle a su progenitor. Y es que se trata de una comparación injusta, pues le obliga a estar siempre a la altura de un mito del fútbol. Aunque nació en Copenhague, creció y maduró en Manchester, en donde Peter jugaba al fútbol. Ingresó en 2002 en la cantera del Manchester City y fue cedido a varios clubes de categorías inferiores del fútbol inglés como el Darlington FC, el Bury, el Cardiff City o el Coventry City. En 2010/11 se asentó en la Championship, la segunda categoría inglesa, cuajando una gran temporada con el Leeds United. Al año siguiente llegó al Leicester City en donde lleva siete temporadas consecutivas. En Leicester encontró su lugar natural y eso que en sus primeros tres años jugó en Championship. Le costó ascender a Premier. En la retina de todos los ingleses están sus semifinales de playoff de ascenso contra el Watford, cuando el Leicester erró un penalti en el descuento y la parada del español Manuel Almunia acabó con un contragolpe que eliminó a los foxes.

De ese durísimo golpe el Leicester de Kasper Schmeichel se levantó con mucha fuerza y la temporada siguiente, la 2013/14, los foxes no necesitaron ni playoff. Arrasaron en Championship sumando más de 100 puntos. Empezaba la leyenda de un equipo que todos los aficionados al fútbol recuerdan de memoria y que en la Premier League pasó de una temporada en la que se salvó del descenso de milagro a otra en la que ganó el título tirando de las paradas del danés, de los robos en medio del campo de Kanté, de los pases y la calidad de Mahrez y de los goles de Vardy. Parecía imposible que se impusieran a gigantes como el Arsenal, el Chelsea, los dos de Manchester e incluso el Tottenham, pero lo hicieron. Igual que parecía imposible que Kasper detuviese el penalti de Modric en la prórroga del domingo y lo hizo. Una pena que en este caso su historia de David contra Goliat acabase con el triunfo del más fuerte.

Seguro bajo palos, Kasper Schmeichel tiene ya 31 años y aunque llegó a la élite demasiado tarde destaca porque ocupa bien los espacios de la portería y no duda en las salidas, pero muchas veces peca de despejar balones que podría agarrar con facilidad. Con su país, a corto plazo, tiene asegurada la titularidad. Intentará llegar a la próxima Eurocopa y volver a dejar su sello. A ver si en esa ocasión el resto del equipo está a su altura.

Compartir el artículo

stats