Prefirió no presenciar la declaración del acusado, pero hoy Valeria Quer sí ha asistido a la segunda sesión del juicio. Sentada junto a su padre y aferrándose a su mano ha aguantado los primeros testimonios. Pero ha sido al escuchar cómo el presunto asesino de su hermana se digiría a las mujeres jóvenes para ligar, cuando se ha derrumbado. Valeria tenía solo 16 años cuando su hermana fue asesinada. Siente que estar en la vista es lo último que puede hacer por Diana.