La flota gallega tendrá nuevo puerto en Uruguay pese al fracaso de la licitación

La Administración Nacional de Puertos operará la instalación de Capurro, ofrecida a ARVI en 2021 | Ninguna empresa se presentó al concurso por la alta inversión requerida

Recreación de cómo quedará Puerto Capurro, ahora en obras. |   // ANP

Recreación de cómo quedará Puerto Capurro, ahora en obras. | // ANP / Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Una delegación de la Administración Nacional de Puertos (ANP) de Uruguay se reunió con la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) aprovechando la celebración de Conxemar. En la reunión, los responsables de los muelles de Montevideo, utilizados por unos 40 buques gallegos, propusieron a la asociación que se hiciese cargo de una nueva instalación que estaban construyendo, Puerto Capurro. Meses más tarde, la licitación fue lanzada y ARVI decidió finalmente no presentarse debido a la “inversión muy alta” demandada, de 32 millones de euros. Y al igual que la cooperativa, ningún operador decidió pujar en la licitación, declarada desierta tras prorrogar el tiempo máximo para presentar una oferta. Ahora, la ANP ha decidido hacerse cargo del puerto, por lo que los grandes arrastreros de compañías como Pesmar, Nores, Moradiña, Gandón o Freiremar dispondrán de unas modernas instalaciones. Eso sí, seguirán compartiéndolas con la flota china que depreda el caladero en esa zona del Atlántico.

De acuerdo a las últimas noticias publicadas en Uruguay, la ANP ha decidido gestionar por sí misma la terminal pesquera, denominada Puerto Capurro. El diario La Prensa cita para ello al presidente del ente, Juan Curbelo, que explica que la flota se trasladará a estas instalaciones cuando culminen las obras en marcha. En este sentido, el vicepresidente de la ANP, Daniel Loureiro, indicó en una entrevista que en estos momentos están “terminando el puerto” y que “faltan las calles internas y el cercado”. “Todo eso podría estar culminado a comienzos del año que viene”, indicó para otro medio, La Mañana.

De esta forma, la ANP no tuvo más remedio que hacerse cargo tras la inversión de más de 100 millones de dólares (92 millones de euros) y una fallida licitación lanzada en diciembre de 2021. El pliego incluía que la empresa que se hiciese cargo debería abonar 14 millones de dólares al momento (12,8 millones de euros) y un canon mensual durante los 30 años que dura la concesión de 58.500 dólares (53.800 euros), es decir, otros 19,3 millones de euros.

La instalación tendrá un muelle de casi 1.000 metros de largo con espacio para un total de 50 barcos y en tierra la concesionaria dispondría de 9.000 metros cuadrados. En ellos, además, la empresa tendría que construir las oficinas, una cámara frigorífica (con capacidad de 6.000 m³ a -19º) y las áreas necesarias para la recepción y clasificación de la pesca, además de puestos de control y pesaje, aparcamientos o las oficinas de organismos públicos.

Ante la ausencia de ofertas, la ANP lanzó varias prórrogas, pero finalmente declaró desierto el concurso a principios de mayo, dejando en el aire el futuro del puerto hasta ahora.

En resumen, se trataba de una inversión cuantiosa con pagos ya de por sí altos que no convenció a ninguna compañía. Ahora, la flota pesquera gallea que opera en la zona podrá disfrutar de las nuevas instalaciones una vez se culminen, pero seguirá compartiéndolas con el resto de buques que trabajan en esa parte del océano, como los asiáticos que se lanzan a por el calamar en la llamada milla 201, justo fuera de las aguas que pertenecen a Argentina.

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