Los ministros de pesca europeos se pegan un madrugón para conocer la lonja de Vigo

A las cinco de la mañana de este martes, cuando Lorenzo descansaba como casi todos los vigueses, la mayor expedición de autoridades pesqueras que ha visitado Vigo paseaba por los alrededores del puerto para admirar su lonja. Lo hacía al compás de las subastas, del ritmo desenfrenado de actividad propio de un lugar de categoría. No en vano, bajo la luna quedilataba el mar, se encontraba en el “punto neurálgico” de la distribución de pescado. El lugar más importante del continente.

Allí estuvieron el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas; el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius; y los restantes responsables de Pesca de la Unión Europea (UE). Tras un madrugón que mereció la pena, necesario para contemplar el auténtico trajín que acoge este espacio, visitaron la sala de primera venta –donde se comercializan los productos procedentes de aguas internacionales y de Gran Sol, caladero localizado en el Atlántico Norte– y la sala de segunda venta –donde se comercializan los productos procedentes de España y Portugal–, pero también pisaron sus exteriores.

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Fuera pudieron observar a pájaros adiestrados como Shakira, un águila que se encarga de disuadir a otras aves como las gaviotas que, sin su presencia, revolotearían cerca de las capturas e incluso se llevarían algún que otro pellizco. Bajo la atónita mirada de la delegación comunitaria, a la que acompañó el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Carlos Botana, la rapaz aceleró sus alas para desplegar el vuelo. Mientras, dentro, los pescadores, operarios y comerciantes tramitaban pedidos de rapes, bogavantes, calamares y percebes entre muchas otras variedades de frescos.

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Todos estos productos fueron apreciados de primera mano por los ministros, que incluso llegaron a agarrarlos para certificar la calidad que esconde la urbe olívica.