Bruselas empuja a la flota a reemplazar los pesqueros a gasoil pero sin fondos públicos

Estudiará mecanismos de ayudas pero dentro del programa Fempa, que las cercena. ARVI reivindica que la transición energética sea con base tecnológica, “no teológica”

Flota cerquera amarrada, ayer, en el puerto de O Berbés. / MARTA G. BREA

Flota cerquera amarrada, ayer, en el puerto de O Berbés. / MARTA G. BREA / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

Con menos de 4,4 millones de habitantes, Panamá es el país que más contribuye a la emisión de CO2 a la atmósfera de origen marítimo. Por dos motivos: es uno de los favoritos en banderas de conveniencia –le siguen, en ranking de contaminación, Liberia e Islas Marshall– y porque los buques menos verdes son los portacontenedores, graneleros, petroleros o cruceros, que son precisamente los que escogen este tipo de países de pabellón más exóticos. Es una conclusión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés), que exhibe una realidad que defiende la flota pesquera de Vigo: sí es necesario abordar la transición energética en el sector, pero sin olvidar que su contribución en gases contaminantes es pírrica en comparación con los demás segmentos de barcos. Al margen de esta constatación, la Comisión de Pesca y Asuntos Marítimos quiere poner el lazo a los motores de combustión y este lunes cerró el periodo público de consultas para trazar una hoja de ruta que los retire de la circulación. Pescar sin utilizar gasoil, pero sin fondos públicos para sufragar la construcción de nuevos pesqueros o para cambiar los motores principales a tecnologías como el hidrógeno.

Es lo que esgrime el departamento que dirige Charlina Vitcheva, en un planteamiento de cuatro páginas que ha recibido más de medio centenar de comentarios e informes de empresas pesqueras, patronales u organizaciones no gubernamentales, y que continuará desarrollándose para el año que viene. “Esta dependencia [de los combustibles fósiles] hace que el sector sea más vulnerable a las fluctuaciones de los precios de la energía y a otras futuras perturbaciones y socava su contribución a la mitigación del cambio climático [...] Estas circunstancias ponen de manifiesto la urgente necesidad de una estrategia a más largo plazo con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono de aquí a 2050”. Bruselas expone de forma sucinta sus planes para alcanzar esa meta, pero incide en una contradicción. Aunque destaca que “la Comisión estudiará establecer un mecanismo de ayuda a la transición energética”, a renglón seguido estipula que “debe promoverse la adopción de equipos, operaciones y tecnologías eficientes en el marco de los programas operativos del Fempa”.

Se refiere al Fondo europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura, operativo para el periodo 2021-2027, y que de forma taxativa prohíbe el reparto de ayudas para la construcción de pesqueros de más de 24 metros de eslora. El artículo 13 del reglamento que estipula las condiciones del fondo es claro: “Las siguientes operaciones o gastos no podrán optar a ayudas con cargo al Fempa”, entre los que enumera “la construcción y la adquisición de buques de pesca o la importación de buques de pesca” y “la sustitución o modernización de un motor principal o auxiliar en un buque de pesca”. Empuja así al sector, aunque de forma muy preliminar de momento, a un salto sin red de seguridad, hacia un proceso de renovación de buques sin respaldo público, o al recambio de motores de combustión por otras tecnologías que no están diseñadas para la estructura y el porte de los pesqueros actuales.

Cambio en el Fempa

Así lo expone, en las observaciones remitidas a Bruselas, la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), que cuenta con 169 barcos asociados de 133 armadoras. “Las limitaciones que rigen el nuevo Fempa, que imposibilita apoyos a buques de eslora superior a 24 metros y restringe sustancialmente las posibles ayudas para las menores de ese límite, deben ser modificadas, en el mismo marco temporal que pueda avanzar el trabajo de futuro de transición energética”. Asimismo, apunta la organización que preside Javier Touza, “se hace imprescindible que se establezcan otras líneas de apoyo que sean factibles en el marco de la UE, para reforzar el incentivo de renovación que será imprescindible para el ejercicio propuesto”. Para ARVI, en todo caso, “el proceso de transición energética del sector pesquero debe estar liderado por la tecnología, y no por la teología que trasfunde el documento” publicado por la Comisión.

Teixeira: “Dejen de martillear a este sector, no inventen otra trampa”

A juicio de Torcuato Teixeira, expresidente de la organización de productores Pescagalicia y ahora asesor jurídico de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, “podemos ir pensando que, para esa transición, se necesitará cambiar el diseño de los actuales buques, y seguramente disponer de mayores GT para por ejemplo motores de hidrógeno”. Los fondos Fempa tampoco permiten utilizar dinero público para elevar esos GT (gross tonnage o arqueo bruto). Literalmente, prohíbe dar ayudas a “las operaciones que aumenten la capacidad pesquera de un buque de pesca”. Teixeira, que también ha remitido su valoración, reclama a la Comisión que “no inventen de nuevo otra trampa para acabar con la pesca, esta vez con la excusa del cambio climático. Acuérdense que los pescadores ponen a disposición de la población europea alimentos sostenibles y muy nutritivos”. Y, zanja, “dejen de martillear a este sector, pónganse a trabajar para su sustento y garantizar la soberanía y seguridad alimentaria”.

La consulta

  • La base de la norma

    “La iniciativa no requiere nuevas herramientas de seguimiento, pero debe promoverse la adopción de equipos, operaciones y tecnologías eficientes desde el punto de vista energético y el cambio a fuentes de energía renovables limpias en el futuro a modo de indicadores de rendimiento para la pesca y la acuicultura, en particular en el marco de los programas operativos del FEMPA”.

  • El propósito de la Comisión

    “El principal objetivo de esta iniciativa es definir una estrategia de la UE que ayude al sector de la pesca y la acuicultura de la UE, junto con sus partes interesadas, a llevar a cabo la transición energética, mediante el abandono, en la medida de lo posible, del uso de combustibles fósiles y de fuentes de electricidad no sostenibles de aquí a 2050”.

Suscríbete para seguir leyendo