Al menos 66 muertos, 141.000 afectados y en torno a 168.000 hectáreas anegadas. Es el balance que arrojaba ayer el "intenso" ciclón Idai -llegó a alcanzar una potencia equivalente de un huracán categoría 3- a su paso por Mozambique, según las cifras facilitadas por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). La dureza de este fenómeno obligó a la filial local Nueva Pescanova, Pescamar, a poner en marcha un plan de contingencia a fin de evitar daños personales y en sus barcos. Dado que la campaña de langostino no arrancará hasta el próximo mes de abril la práctica totalidad de su flota, compuesta por 34 marisqueros, estaba amarrada en el puerto de Beira (región de Sofala), donde la compañía tiene su sede. Antes de la llegada de Idai varios buques fueron desplazados al puerto de Inhambane, a más de 250 millas al sur, donde permanecían este viernes. Toda la tripulación y demás personal de Pescamar -en total el grupo cuenta con más de un millar de trabajadores en Mozambique- se encuentran en buen estado, como confirmaron a FARO fuentes de la empresa.
"Nosotros salimos con los barcos hacia el sur. Alguno sufrió algún desperfecto, pero nada grave", indicó uno de los marineros. A última hora de ayer la ciudad de Beira seguía incomunicada, sin electricidad ni teléfono, y con el espacio aéreo cerrado. "Como consecuencia del ciclón que afecta a la provincia de Sofala, se están produciendo fallos en los sistemas de electricidad y comunicaciones. Si tenéis familiares en dicha provincia, podréis comunicaros con ellos cuando estos sistemas sean restablecidos", escribió a través de Twitter la Embajada de España en Maputo, que ha puesto a disposición de los españoles un número de emergencia consular (+258-84 328 2900). En la vecina Malaui la lista provisional de fallecidos era ayer de 56 personas.
La flota de Pescamar se dedica a la captura de langostino salvaje (tigre, banana, marfil y jumbo), con buques de unos 30 metros de eslora. Están equipados con tangones para la pesca de este marisco; cada año las capturas ascienden a unas 3.000 toneladas, con lo que el peso relativo dentro del grupo Nueva Pescanova -comercializa más de 180.000 toneladas anuales- es pequeño. Pero la calidad del producto es elevada, por eso es una filial a preservar por parte de la compañía. Solo Krustamoz, alianza entre Grupo Amasúa y China National Fisheries Corporation (CNFC), opera a un nivel similar en el país. La multinacional ha iniciado además en Pescamar un proceso de renovación parcial de su flota con la construcción de cuatro marisqueros. El pedido, que incluye tres arrastreros fresqueros para Namibia y que conlleva una inversión de 42,5 millones, fue adjudicado a Armón Vigo y Burela.
