El sector pesquero define 2019 como el año en el que tendrá lugar la tormenta perfecta: una mezcla de situaciones que pondrán en jaque la viabilidad de la flota tanto en aguas nacionales como comunitarias. Por un lado, en marzo del próximo año se consumará el Brexit y está por ver qué va a suceder con las aguas que pertenecen a Reino Unido. Por otro, solo unas semanas antes, el 1 de enero, entrará en vigor la obligación de desembarque, es decir, el descarte cero. Armadores, científicos y expertos han avisado por activa y por pasiva que la flota "no está lista" para afrontar el que es considerado como el cambio más importante desde la entrada de España en la Unión Europea hace más de 30 años. A tan solo cinco meses de la prohibición de los descartes el Ministerio de Pesca español ha activado la búsqueda de soluciones a través de una consulta previa de las modificaciones en las órdenes que regulan las flotas.

Publicada el pasado 3 de agosto, la consulta "con carácter previo a la elaboración del texto" busca información de cara al proyecto con el que se modificarán cuatro órdenes: las que afectan a la flota del Cantábrico Noroeste -en este censo está la gallega que faena en aguas nacionales-, del Golfo de Cádiz, la de arrastre de Portugal y la que faena en la Comisión de Pesca del Atlántico Nordeste (Neafc, por sus siglas en inglés).

Según explican desde el Ministerio, esta modificación "es necesaria" para ajustar las órdenes "a la nueva obligación de desembarco" que fija la normativa comunitaria aprobada ya en 2013. De esta forma buscan "mejorar la utilización de las cuotas de pesca" de las que dispone España "y conseguir que el consumo al final del año sea máximo". Sin embargo, la parte más importante del texto que anuncia la consulta es que el Gobierno busca "evitar que se consuman las cuotas y obligue a la paralización" de la flota, algo que ya se advirtió desde el propio sector en innumerables ocasiones.

Así, entre los objetivos fijados está el incluir nuevos repartos de los stocks pesqueros y especies "que todavía no se han repartido", introducir los mecanismos de "flexibilidad" para el intercambio de cupos entre los buques -una medida muy demandada por parte de la flota gallega- y también las "medidas técnicas" necesarias para mejorar la selectividad de las artes de pesca empleadas, un campo en el que la flota viguesa de Gran Sol ha estado profundizando en los últimos años.

A día de hoy el sector sigue lleno de incertidumbres sobre cómo será su actividad el próximo año, sobre todo en lo relativo a las pesquerías mixtas, como es el caso de un caladero histórico tan importante como el de Gran Sol.