El refuerzo de la seguridad en el mar se ha articulado, por un lado, por la vía privada, que han tenido que sufragar las propias armadoras, y, por otro, con la asistencia de las Fuerzas Armadas mediante la Operación Atalanta, que se despliega en la zona más occidental del Océano Índico y que está formado por entre cuatro y siete buques y entre dos y cuatro aviones de patrulla marítima superaría la decena de años en vigor.

Este dispositivo, que inicialmente concluiría en el año 2012, ha sido prorrogado en tres ocasiones y ahora necesita una cuarta para evitar su desmantelamiento el próximo 31 de diciembre.Es por ello que la Confederación Española de Pesca (Cepesca), junto a Opagac y la Asociación Nacional de Buques Atuneros Congeladores (Anabac) reclaman una nueva renovación de este dispositivo, que permita alargarlo más allá de 2018, aduciendo que la presencia de estos buques y de los aviones patrulla ha permitido reducir de forma significativa la piratería en estas conflictivas aguas.

El balance de los más de nueve años de la Operación Atalanta se salda con la neutralización de 261 grupos armados piratas y el procesamiento de 154 sospechosos de habera participado en estas actividades delictivas.