La situación de la pesca en aguas británicas se mantiene como una incertidumbre absoluta a menos de un año y medio para que el país deje de formar parte de la Unión Europea. El Brexit provocará cambios de gran calado entre la flota pesquera comunitaria, siendo una de las más afectadas la gallega por su pesca en Gran Sol o Malvinas. Con la intención de arrojar luz sobre lo que será el futuro como un estado independiente, el Parlamento anglosajón acogió ayer una sesión especial para analizar las "oportunidades y desafíos" de esta salida. Durante la sesión, expertos de la universidad de West England y Hull dejaron claro que la pesca tendría que ser una "prioridad" en las negociaciones, que no se puede dejar "en el último lugar" y dejan la puerta abierta a un período transitorio, lo que facilitaría la coordinación de los stocks pesqueros y las cuotas.

Thomas Appleby, de la University of West England (en Bristol), explicó que "no se puede dejar la pesca para el final" de las negociaciones. A su juicio, el sistema actual de la UE "es inflexible", pero recordó que "tiene cosas buenas" que el país "debe utilizar", de lo contrario "hay peligro de un caos". "Tenemos que pensar cómo queremos que sean nuestros stocks en diez años", recordó Appleby.

Por su parte, Richard Barnes, de la University of Hull (una ciudad del este de Yorkshire), aportó que sería "importante antes del Brexit" el llegar a un "acuerdo de transición". En esa posición se encontró con la posición de Aaron Brown, de la organización eurófoba Fishing for Leave, que recordó que la UE "va a luchar" por mantener las cuotas, lo que choca frontalmente con la posición de los pescadores, que reivindican el "take our waters back", es decir, recuperar el control de sus aguas.

En esa línea se posicionó también Jim Portus, responsable de la Organización de Productores de Pescadores del Sudoeste (Swfpo, siglas en inglés), que recordó la importancia de mantener un reparto de cuotas por toneladas cuando se queden con "su parte" del reparto actual realizado en base a la estabilidad relativa (en vigor en la UE desde hace más de 30 años) y que el Brexit les da "la oportunidad, como nación, de controlar estas cuotas y quien accede a ellas desde otros países".

Las dos organizaciones medioambientales que participaron en la sesión, WWF y la Environmental Defense Fund (EDF), enfatizaron la necesidad de que Reino Unido tenga el "liderazgo". "Queremos poder decir en el futuro que es un ejemplo de pesca sostenible", indicó Helen McLachlan, de WWF UK, que también apoyó que el país se convierta en líder en cuando se integre en las distintas organizaciones regionales de pesca, como las dos del atlántico norte: NAFO (oeste) y Neafc (este).

Erin Priddle, de EDF, comentó por su parte que será necesario "un sistema que sea flexible con los totales admisibles de capturas [TACs] para adaptarse a las necesidades medioambientales".