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Siniestro en alta mar de un buque gallego

El patrón del "Guariste I": "Al abrir la puerta de la sala de máquinas era todo fuego"

El palangrero vigués se incendió de madrugada en el Pacífico -Hay un desaparecido y trece supervivientes, rescatados por otro buque -"Para esto nadie está preparado", dice Ignacio Coya

Las llamas, activas todavía a la mañana siguiente | Cuando la tripulación del Guariste Primero volvió a ver la luz del sol a la mañana siguiente a bordo del Balueiro Segundo, se acercaron al barco para comprobar su estado. El propio patrón, Ignacio Coya, tomó esta fotografía en la que se aprecia como el fuego aún no se había extinguido tras haber consumido el puente y la popa, pero comprobó que el buque seguía a flote.

"Tenemos mucha experiencia en nuestro trabajo, pero hay cosas para las que no estamos preparados". Así explicaba el patrón Ignacio Coya lo que le sucedió a él y a la tripulación de su barco en la madrugada del domingo para el lunes cuando faenaban en el Pacífico a bordo del Guariste Primero. Allí, a 840 millas al suroeste de Lima (Perú), este palangrero de Vigo se convirtió en una fogata al producirse un incendio en la sala de máquinas, que dio como resultado que uno de los 14 tripulantes desapareciese. Se trata de Juan B.J., residente en Burela con doble nacionalidad (peruana y española) de 57 años y, precisamente, jefe de máquinas. Los otros trece tripulantes consiguieron lanzarse a los botes salvavidas y fueron encontrados dos horas más tarde por un barco que se encontraba faenando en la zona, el Balueiro Segundo, perteneciente a la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu) y con base allí.

Todo sucedió en torno a las dos de la madrugada (hora española). El barco, perteneciente a la Pesquera Dacova, navegaba cuando de repente sonó la alarma antiincendio. "Fue un momento de incertidumbre. Como tantas otras veces, pensé que podría ser un fallo y que hubiera saltado por cualquier motivo. Fui a la sala de máquinas y cuando abrí la puerta era todo fuego. Ya no era posible entrar", relata Coya, natural de Cangas (52 años) pero residente en Bueu.

Intentaron apagar el fuego, pero se vieron sobrepasados y en ese momento lanzaron un aviso de emergencia a uno de los barcos que se encontraba en la zona, el también vigués Cervera, y la tripulación se lanzó a las balsas salvavidas "con lo puesto". Fue en ese momento cuando se dieron cuenta de que faltaba Juan B.J. "Había gente a mi cargo, gente en tierra esperando por sus familiares... Son momentos muy difíciles y complicados", explica visiblemente dolido el patrón.

El Cervera, a 60 millas del suceso, avisó a los buques que se encontraban más próximos. Fue así como el Balueiro Segundo, de A Guardia, llegó al lugar. Con sus propios ojos, los 16 tripulantes del buque de Orpagu pudieron ver como el barco se consumía por las llamas pero se mantenía a flote pese a las explosiones que se escuchaban a lo lejos. "Aquello tenía que estar ardiendo a cientos y cientos de grados de temperatura por los plásticos, madera y demás objetos que hay a bordo. Qué manera de arder y qué miedo daba", indica Coya. En medio de la noche, el Balueiro Segundo subió a bordo a los supervivientes sanos y salvo. De ellos, seis son de Indonesia, cuatro caboverdianos y tres gallegos. Se trata de Manuel M.G., de 54 años y natural de Bueu aunque residente en Cangas; Álvaro V.P., de 39 años y originario de Boiro, y el propio Ignacio Coya.

Pese a las llamas, el palangrero no se había hundido ni se encontraba escorado. Cuando la luz del día llegó, utilizaron una zodiac para acercarse al pesquero, que no se vio muy afectado en la zona de proa, pero que quedó consumido por el fuego en la zona de popa y el puente.

Entonces, utilizaron una baliza con GPS que emplea el sector para este tipo de pesquería, lo engancharon a la popa y ahora solo queda esperar para volver a comprobar el buque una vez el fuego haya cesado definitivamente. "Así está localizado por lo que pueda pasar. Y ya solo podemos esperar para subir a bordo y también para volver a tierra, porque estamos muy lejos de la costa y todavía no sabemos qué vamos a hacer", comenta el patrón, recordando que están a cinco días de navegación de suelo firme.

El Guariste Primero, construido en 1999, partió del puerto de Callao (Perú) el pasado 26 de diciembre. Se encontraban pescando pez espada y según indicó su patrón, esta era la primera marea de Juan B.J., un hombre con mujer e hijos que definió como un "profesional como la copa de un pino que sabía muy bien lo que hacía". "No nos queda más remedio que hacer de tripas corazón y tirar para adelante", lamenta Coya.

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