La flota de bajura gallega ha recuperado la normalidad esta semana tras los sucesivos amarres forzados a causa de las ciclogénesis explosivas que azotan la comunidad desde finales de diciembre y que hicieron que apenas pudiesen salir a faenar en más de dos meses. Sin embargo, según las cofradías las capturas de estos días son casi inexistentes y lo único que se pudo hacer fue recoger los aparejos, de los que tuvieron que tirar gran parte dado el mal estado en el que quedaron, y esperar a que el mar se calme para poder trabajar.

"Es un desaguisado. Solo pudimos salir para recoger las nasas y aparejos. Hay algunos barcos que se encontraron sus pertenencias a cuatro millas de donde las dejaron", explica el patrón mayor de la cofradía de pescadores San Francisco de Vigo, Julio Alonso, que destaca que el mar "necesita un reposo" y que es probable que "tampoco la semana que viene" puedan conseguir alguna captura.

Una de las principales causas es la gran cantidad de agua dulce que tiene el mar. "El pescado tira a la superficie porque el agua dulce se va al fondo", indica el patrón mayor de Aldán, Juan Manuel Gregorio, que afirma que el mar "aún no está bien" y que "no se pesca gran cosa", lo que hace que los precios "no acompañen".

Una opinión que también comparte Manuel Pena, patrón mayor de Moaña, que explica que el mar de fondo les impide trabajar. Sin embargo, su mayor preocupación se centra en el marisqueo, ya que recuerda que las lluvias hace que la mortandad aumente. "Sabemos que se llevó casi todo el berberecho y que hasta afectó a la almeja japónica, que suele resistir más", comenta.

Por su parte, el presidente de la Federación Galega de Cofradías y también patrón mayor de Cambados, Benito González, cree que "aunque no se está pescando con normalidad, como tiene que ser, las lonjas comienzan a tener algo de actividad". "Los barcos están saliendo pero la pesca está siendo escasa. Esperamos que esto mejore pronto", sentencia.

En Redondela, con la campaña del Choco recién estrenada -pese a que la fecha oficial era el 1 de febrero- tan solo ocho barcos salen a faenar. "De momento hay poca captura, vamos a tener que esperar un poco. Además, se nota una alta mortandad en los crustáceos", señala el patrón mayor, Clemente Bastos.

Consecuencias

Evaristo Fernández, patrón mayor de la cofradía de Cangas, piensa que las consecuencias de los temporales las van a "sufrir a largo plazo". "El fondo del mar está destrozado y vamos a tener que esperar a que todo se estabilice un poco", indica, aunque recuerda que, al igual que en Aldán, aquellos que se dedican al pulpo se encuentran con pérdidas al tener el equipo en muy mal estado tras dejarlo en el mar.

En Marín la mayoría de los buques, sobre todo los arrastreros, salieron a sus destinos, aunque la flota de bajura por el momento tan solo se puede dedicar a recoger lo que dejaron en el mar. Sin embargo, presidente de la Cooperativa del Mar San Miguel de Marín, José Luis Santiago, cree que esta "parada biológica obligatoria" redundará en una mayor "abundancia de pescado en el mar".