La flota gallega que permanecía amarrada en los principales puertos de A Coruña y Lugo --más de un centenar de embarcaciones, la mayor parte en dársenas coruñesas--, en protesta por el exceso de burocracia en el sector, decidió a última hora de ayer volver a faenar tras lograr "pequeños avances" en una reunión con la conselleira de Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana. Los representantes de los buques amarrados explicaron que la Xunta tiene "buena disposición" para solucionar los aspectos que dependen directamente del Ejecutivo gallego, como es el caso de los controles de las descargas de pescado.

La titular de Mar explicó su voluntad de que las normas comunitarias se adecuen a las necesidades de Galicia y defendió, entre otras medidas, que las descargas realizadas en un primer puerto puedan ser controladas en el puerto de destino, el de subasta, para "impedir un atasco" que supone un perjuicio para los profesionales teniendo en cuenta las características de venta del producto. Para ello, señaló que la Xunta analiza la opción de controlar las capturas en el puerto de destino tras el "precintado" del camión, "para ver si encaja dentro del reglamento comunitario" de control.

Los representantes de la flota explicaron también que ahora tienen línea directa con la conselleira para, con un número de teléfono que les facilitó la Xunta, abordar posibles complicaciones y convocar reuniones de urgencia. "Esperemos que ahora cumplan lo prometido y se vean los efectos en las próximas semanas", sentenciaron.