Dos chavales de Valencia han hecho el que, sin duda, es uno de los discos del año. Rap de superélite en un álbum pulido y mimadísimo en todos sus rincones: desde las letras y las voces (Hoke) hasta el universo sonoro (creado por Louis Amoeba). No hay relajación, cada rima es un ejercicio preciso y sensacional, con una presencia especial de metáforas y paralelismos entre el deporte y la calle. Los artistas que colaboran en el disco se ponen a la altura para un álbum de medalla.